En vez de preocuparse de los corruptos, el Senado quiere matar al mensajero
El Senado ha prohibido a los fotógrafos de los medios que usen teleobjetivos en su trabajo en la Cámara Alta, a raíz de la publicación de un SMS comprometedor para Rita Barberá. ¿El objetivo? Parece que no es la transparencia, sino evitar que se pille a nuestros representantes haciendo cosas vergonzosas en su lugar de trabajo. En lugar de indignarse porque una diputada juegue al Candy Crush desde la Presidencia del Congreso, o en lugar de suspender de militancia a una senadora que, presuntamente, ha cometido ilegalidades intolerables, el Senado se indigna con quien lo cuenta. No les preocupan las malas conductas de nuestros senadores, sino matar al mensajero.