Este martes sale a librerías mi segundo libro, Sé transparente y te lloverán clientes. Y ayer adelanté uno de los 37 capítulos del libro en Twitter por medio de un hilo de 42 tuits. La idea era hacer una versión multimedia, llena de fotos, vídeos, enlaces y GIFS que amplían el contenido de cada cosa. Y quedó chulo pero lo hice regular técnicamente y no era fácil seguir el hilo en orden cronológico. Así que he decidido poner aquí los tuits ordenados. El libro se vende desde el martes pero ya puedes reservarlo online. ¡Ah! Dono el 100% de mis derechos de autor a la Fundación Sandra Ibarra y la Fundación Gomaespuma. Vamos allá con ese capítulo multimedia:
Tomando la idea del gran @jlantunez, voy a hacer un #hilo. Será sobre #comunicación, atención al cliente, #RSC y nuestra responsabilidad y poder como consumidores. En el último tuit entenderéis el porqué de esta reflexión llena de fotos y enlaces que la enriquecen. Vamos allá…
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) February 17, 2018
1/ Entre los años 1950 a '90 se sembraron las bases en España de la sociedad de consumo en su primera era. La #comunicación de las empresas era tan plana que buscaban pura notoriedad. pic.twitter.com/raeHXrAGnY
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
2/ "Dé a sus hijos ColaCao si les quiere hacer dichosos; los niños con @ColaCao crecen más fuertes y hermosos", decía el locutor en los '50 en aquel anuncio de "Yo soy aquel negrito", que fue el primer spot en ser emitido en radio y televisión en España: https://t.co/cXopMZ1ILF
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
3/ Pero la responsabilidad social de las marcas, influida sobre todo por las norteamericanas, empezó pronto. De 1971 es otro anuncio que marcó una época: "I'd like to buy the world a Coke": https://t.co/ofyxbC6DwX
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
4/ Grabado en una colina en Italia, aquel spot de @cocacola_es ya tenía detalles que apuntaban a que las empresas más avanzadas entendían que su papel en el mundo incluía usar su influencia para mejorar las sociedades. La letra aludía a ello, veréis…
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
5/ Así empezaba: "I'd like to buy the world a home and furnish it with love". Ese anuncio estaba hecho con personas de todas las razas y buscaba liderar en valores. Era un llamamiento a hermanar culturas y a sentirse cercanos a cualquier persona, por lejana y distinta que fuera. pic.twitter.com/EEIxlISdi2
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
6/ Aquello debió de ser la prehistoria de la responsabilidad social corporativa (#RSC). En los últimos años estamos viendo cómo crece de forma nítida esta parcela, que seguirá siendo cada vez mayor en los presupuestos y objetivos de las mejores #marcas.
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
7/ Hacer el bien para la sociedad en la que ganas dinero es una obligación, una oportunidad y una suerte que cada vez más compañías entienden y practican. https://t.co/RQfRAex7pc
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
8/ En esta segunda década del siglo, el entorno ha dado un vuelco. Hoy los clientes ya no se conforman con que sus marcas preferidas hagan buenas bebidas, ropa o coches. Además queremos que pongan su granito de arena en las cosas que nos preocupan (Foto: Alisdare Hickson,Flickr). pic.twitter.com/iJAx9VLsFV
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
9/ Queremos marcas con valores, que se impliquen en mejorar y nos demuestren que, de su mano, nosotros también mejoramos. Ansiamos marcas que cumplan las leyes y vayan más allá de lo exigido por estas, que hagan RSC real y devuelvan a la sociedad parte de lo que esta les da. pic.twitter.com/uz5c5Kf7Cb
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
10/ Al consumidor de los '80 le bastaba con la libertad recién inaugurada con la democracia (Foto: Javier Lumbreras) pic.twitter.com/qznHlkvjPh
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
11/ Hoy ya no nos vale con que una marca cumpla: hemos entrado en la era de la excelencia y queremos sentir que esas marcas no nos venden un producto o servicio, sino que al comprarlos estamos además ayudando a resolver injusticias, a mejorar el entorno medioambiental o social. pic.twitter.com/IBTlBOFrYr
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
12/ Queremos comprar una satisfacción íntima que va mucho más allá del "tengo esta televisión" y que llega a pensamientos como: "al comprar esta tele, pago algo más porque me da placer saber que se comprometen a mejorar las comunidades en las que fabrican y venden sus productos". pic.twitter.com/y2PSUZOIqK
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
13/ Las marcas que infringen todas las normas éticas están condenadas a desaparecer. Como muestra, dos botones inmensos: Arthur Andersen y Enron, dos compañías que pasaron de la cumbre a desaparecer fruto de su falta de escrúpulos. https://t.co/wtK1TU3bD3
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
14/ Las empresas que actúan con generosidad y buenas acciones, hacen bien. Y hay siempre el que dice: "claro, pero actúan así para ganar más dinero". Perfecto, aguafiestas querido: gana tú la discusión… pic.twitter.com/ZPh72WfS5y
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
15/ Y sí, es verdad, pero hay que valorar que muchas empresas no son generosas ni hacen cosas de más por sus clientes; así que aplaudamos a las que sí lo hacen. pic.twitter.com/8IHirUhViO
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
16/ Claro que todas las empresas buscan ganar dinero; esa es su esencia. Pero también todas eligen el camino por el que hacerlo, y los clientes debemos ovacionar a las que escogen el correcto y el que más bien hace a todos. Estudio de @marcaconvalores: https://t.co/cNCnkAyNjs
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
17/ Hay empresas que, como Apple, dan más de lo que espera a un cliente que va a sus tiendas con un producto roto. Desde 1994, no he tenido ordenadores de otra marca. He trabajado con Macintosh -así se llamaban antes- desde hace 25 años, cuando casi nadie en España la conocía. pic.twitter.com/0ynosoFa7A
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
18/ Hoy soy eso que se llama con desprecio un #fanboy de Apple, pero mi satisfacción como cliente ha bajado con la popularización de la marca. La presión en bolsa quizá llevó a Apple a coquetear más con un mal que le era ajeno: la obsolescencia programada https://t.co/ocJh6zK74A
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
19/ Lo noto sobre todo en que te animan a actualizarte al último software disponible en equipos que no siempre están preparados para ello (al ser antiguos e instalarles la última versión, esos teléfonos u ordenadores se convierten en ancianos achacosos). https://t.co/fd7sGx0KJg
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
20/ Salvo por el tema -no menor- de la obsolescencia programada, @Apple es aún hoy un ejemplo en la búsqueda de la satisfacción de sus clientes, o así lo siento yo. Tengo teléfono, tableta, ordenador portátil y de sobremesa, y hasta reloj #AppleWatch… https://t.co/2bEtEdtajv
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
21/ Vamos, que soy un cliente muy conocedor de la marca. He introducido a media familia en la adicción a Apple y he sido yo quien ha bregado con problemas y reparaciones, por lo que también conozco bien el servicio técnico como cliente. pic.twitter.com/Gd5xrFIO75
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
22/ Y la máxima del servicio de atención al cliente es la misma que con sus productos: buscan que siempre obtengas lo que esperas y a veces, algo más. Intentan sorprenderte en lo que puedan, como lo hacen sus productos cuando salen de la caja y empiezan a interactuar contigo.
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
23/ Apple es un ejemplo con el que estarás o no de acuerdo. Yo mismo la critico y la alabo en aparente contradicción. Piensa tú en tus propios ejemplos de marcas que crees que hacen cosas buenas para ti y para los asuntos que te preocupan en el mundo… pic.twitter.com/Mti39d2Vyd
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
24/ ¿Lo hacen porque son muy buenas y quieren ir al cielo…? NO: actúan con valores para ganar dinero, pero aplaudamos que lo hagan así. Hay empresas cuyo modelo pasa por forrarse a lo bestia y sin preocuparse ni del cliente ni del planeta ni de sus obligaciones con la sociedad. pic.twitter.com/jWXVHuiqlh
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
25/ El 15 de octubre de 2015 pasé por la Gran Vía madrileña camino de mi casa y estaba colapsada. Ese día abrían la segunda tienda más grande del mundo de Primark, una marca de la que luego supe que vende camisetas a 3 euros. https://t.co/USPHucAMqk pic.twitter.com/WZLqY5uOP9
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
26/ Desde entonces he pasado en moto, coche y andando por delante de la macrotienda y nunca he entrado. No desprecio a quienes compran -tengo incluso gente cercana que lo hace, claro- pero sí me impuse a mí mismo no comprar ahí.
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
27/ Igual que no compro en otras tiendas que siento lejanas en mi concepto de la vida empresarial: creo en tratar con respeto y generosidad a la sociedad en la que ganas ganas dinero, ser justo con tus trabajadores y devolver a los que tienen menos una parte de tus beneficios. pic.twitter.com/0253PTEMoY
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
28/ Y si cobras 3 euros por una camiseta, es difícil que pagues sueldos dignos a quienes la elaboran en China o en Camboya. Nada te garantiza que quien vende camisetas a 40€ pague mejor a sus trabajadores, pero si las vende a 3, es seguro que no hay margen para sueldos dignos. pic.twitter.com/RfkNtcDhNc
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
29/ Una de las claves del proceso de vida de un producto somos nosotros, los clientes. De hecho, debe ser la más importante. Queremos ropa barata y que nuestro próximo móvil sea más potente y cueste menos, pero a la vez nos indigna la explotación. pic.twitter.com/1qTmoPV9N8
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
30/ Pensemos: si el diseño de un producto nace de pensar en el cliente, en qué querremos comprar, también la ética de ese producto nace en nosotros. ¿Te repugna la explotación a trabajadores? Tú tienes un botón mágico: el de comprar de forma responsable, según tus posibilidades. pic.twitter.com/dbkyoWX2C7
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
31/ Y eso funciona para que alimentes círculos viciosos o virtuosos, en función de lo que decidas. Cada pequeño gesto cuenta. Cada decisión tuya suma y hace un mundo mejor o peor. Parte de la #ética de un producto también depende de ti: https://t.co/EgiCqpbMub
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
32/ Los consumidores hoy buscamos que las compañías ayuden a combatir la obesidad, una pandemia que mata al menos a 3 millones de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud. Así lo estudia @mercoranking cada año: https://t.co/fhJTlCvv2h
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
33/ Queremos que las #marcas se devanen los sesos para producir nuestros productos favoritos sin dañar al planeta y que además nos ayuden -ejemplo, en el caso de un coche- a que al usarlos, nos sintamos bien de saber que hacemos lo correcto. pic.twitter.com/9KZVnUn6qO
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
34/ Ahí está uno de los secretos más importantes que hará que el triunfo del coche eléctrico sea mucho más rápido de lo que los fabricantes preveían. Hace un año @Tesla superó el valor en bolsa de @Ford y @GM. Los inversores apuestan por ese futuro: https://t.co/pVR1Auvou2 pic.twitter.com/pacWp1fg0y
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
35/ Cuando haya más oferta de coches eléctricos asequibles en el mercado, los clientes les gritaremos a las marcas -con nuestra compra de eléctricos- que dejen de fabricar coches de gasolina o gasoil, que dañan más el medio ambiente. En Alemania ya pasa: https://t.co/WBc1MajV07
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
36/ Como cliente, tienes una voz. Haz lo que creas. Nunca somos del todo coherentes, pero a mí me gusta premiar o penalizar con mi bolsillo a las empresas que hacen buenas o malas acciones. @msanchisoficial también lo hace 😛 pic.twitter.com/wjkj27VxYh
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
37/ Sí, no puedes vivir tu vida como consumidor preocupado por hacer el bien para el mundo ni convertirte en un juez que analiza cada producto como si fuera el juicio final. Pero lo que hagas cuenta. ¡Siempre! pic.twitter.com/GMFOgiZ4dn
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
38/ Mete en el carrito esa cerveza sin sentirte culpable por analizar pasado, presente y futuro de cada marca. Pero si las zapatillas que te vas a comprar te gustan igual que las de al lado, y crees que una marca se preocupa por aportar valor al mundo, prémiala con tu decisión. pic.twitter.com/8kJaP54DBo
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
39/ Cada pequeña decisión importa, y con tu compra estás favoreciendo el círculo virtuoso y estás empujando a esa marca -y a la otra que no has elegido, también- a transitar por el camino de los valores. pic.twitter.com/2FitRqRiWD
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
40/ Si una marca vende más porque ve que sus clientes apoyan que sea solidaria, será más solidaria y se implicará de forma más profunda y en más causas. Alimentar un mundo u otro es cosa tuya también. Piénsalo. Está en tu mano ;). pic.twitter.com/cg3pAfTVyM
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
41/ Cada vez que compras, votas. Si eliges marcas responsables provocas que más marcas lo sean mañana. Tú tienes poder. Úsalo bien ;). pic.twitter.com/iaJEIPQ8Ho
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
…y 42/ Y hasta aquí el #hilo. Lo que has leído es uno de los 37 capítulos de mi nuevo libro, #SéTransparenteYTeLloveránClientes, que se estrena en librerías este martes. Cómpralo ya online: https://t.co/QJFUkrQfUx. ¡Ah! Dono el 100% de mis derechos a @fundacionsi y @FundacionGE pic.twitter.com/38HZWu1LDG
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 17 de febrero de 2018
Hablas de realizar compras buscando los valores de las empresas o su implicación con la sociedad y que con este conocimiento decidamos hacer la compra o no de un producto o marca determinada.
Hasta hace poco las empresas nos vendían productos con la idea de que arreglaban o solucionan algo de nuestra vida.
Actualmente las empresas están realizando campañas de marca donde la clave está en conectar emocionalmente explicando historias. Porque son las emociones lo que realmente nos hacen actuar independientemente si esclavizan a sus trabajadores o contaminan el medio ambiente. Además se atreven a NO enseñar el producto que venden sólo te quedas con la imagen de marca (un ejemplo serían las petroleras …)
Supongo que el libro abordas esta vertiente.
Sí, Jordi, parece que tu pregunta esté sugerida por mí, jajaja. En el libro abordo esto, claro. Lo que he mostrado aquí es un solo capítulo de 37, así que te animo a comprarlo y pasarte a darnos tu opinión cuando lo leas. Gracias ;). Un saludo!