¿Te tomarías 20 terrones de azúcar, uno detrás de otro? Hay un mecanismo en tu cabeza que te dice que no lo hagas, como hay otro que no te deja hacer puenting (bueno, en ambos casos puedes saltarte ese mecanismo, pero tu organismo de entrada intenta prevenirte del peligro mandando señales a tu cerebro para que se abstenga…).
Pero si en vez de terrones, lo que te ofrecen es una apetitosa Coca-Cola gigante del Burger King, es muy posible que te la tomes sin demasiada reflexión. Igual que te pones tomate envasado, bebes un Aquarius después de hacer deporte, un Monster para espabilarte o te echas una salsa césar sin caer en que todos esos son productos industriales que están llenísimos de azúcar.
En comunicación, la cosa funciona de manera que los fabricantes de ese tipo de alimentos -podríamos abrir un debate sobre si son o no alimentos…- se esfuerzan en comunicar sus virtudes y esconder sus defectos. Uno de los peores es que el azúcar que llevan te genera adicción y además, si te acostumbras, hace que te guste mucho más comértelo cuanta más azúcar contenga.
El fotógrafo Antonio Estrada, fan de la alimentación saludable, ha importado una idea que lleva tiempo haciéndose en otros países. Ha creado el proyecto SinAzúcar.org, que consiste en fotografiar de forma muy publicitaria productos ultraprocesados (comida y bebida) junto con la cantidad exacta de azúcar que llevan, usando las propias cifras de etiquetado que da el fabricante. ¿El resultado? Tan brillante como inquietante. Pasen y vean:
Una botella de 500ml Coca-Cola contiene 53gr de azúcar, lo que equivale a 13,25 terrones
50gr de Frosties de Kellogg’s contienen 18gr de azúcar lo que equivale a 4,6 terrones.
La OMS recomienda tomar como mucho 25 gramos de azúcar al día. Vuelve a ver las cantidades que llevan los productos de arriba y sonríe. Con algunos de ellos, ya te has pasado tres pueblos. Y las consecuencias de ello son que el azúcar de más provoca obesidad y es el causante directo de enfermedades como la diabetes, caries, riesgo cardiovascular, etc.
Hasta hace un año, fui un completo ignorante en estos temas. Desde entonces, la nutrición es el campo en el que más he aprendido (sigo siendo un neófito), con la lectura de libros como Sin trigo, gracias o Inteligencia digestiva, y echándome a los ojos todos los documentales de nutrición y artículos de medios y blogs que puedo (Juan Revenga, Fitness Revolucionario, Julio Basulto, Mi dieta cojea, Beatriz Larrea, Comer sano es fácil…).
Con una dieta cada vez más alcalina, he perdido 7 kilos desde enero de 2016 (de 81 a 74kg), y eso es solo un beneficio colateral. Desde que me alimento bien, soy más feliz, vivo sin altibajos de humor, tengo mucha más energía y llego al final del día sin agotamiento…y mil cosas más que me hacen pensar que he tenido una gran suerte de descubrir la alimentación sana.
Todos somos en algún sentido adictos a la comida, con el trigo, el azúcar y la sal como peores vectores de nuestra mala alimentación. Ahora que apenas pruebo las dos primeras y soy moderado con la tercera, disfruto más de cada comida (no me creas si no quieres, pero es así). Todo son ventajas. El único problema es que toda mi ropa me queda de payaso, por lo que o me compro una nariz roja y unos zapatones, o tengo que ir pensando en arreglar algunas prendas y comprarme vestuario de mi talla.
La misma idea de Estrada de usar terrones de azúcar para mostrar qué cantidad lleva un producto la hizo, de forma magistral, el departamento de salud de Nueva York hace tiempo, con vídeos tan asquerosos como geniales:
Buenísimos estos vídeos cortos del departamento de salud de NY sobre el brutal daño que te hacen los refrescos https://t.co/IHVt6CSnnt
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) August 9, 2016
La industria del azúcar de hoy es equivalente a la del tabaco de los años 50: nos cuesta la salud y la vida de miles de personas, literalmente. Y si te planteas sustituir azúcar por edulcorante, malas noticias:
¿Tomas todo con edulcorantes para no engordar? Malas noticias: engordan más. Toma menos azúcar (y menos aún edulc) 😉 https://t.co/WrYNk6kAoS
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) November 28, 2016
Además, hay algo muy feo en los edulcorantes, como en las bebidas alcohólicas: la normativa NO obliga a los fabricantes -como debería, si estuviera hecha para proteger a los ciudadanos- a decir cuánto edulcorante lleva un producto o cuánta azúcar lleva una bebida alcohólica. Ese gol nos lo metieron y supone más ventas para algunos y daño oculto y cierto para ti y para mí.
Y no es solo el azúcar. La industria de la alimentación ultraprocesada lleva décadas pagando estudios interesados para sembrar confusión:
No es solo el azúcar, cientos de industrias tratan de engañarnos: tenemos un problema de falta de #ética https://t.co/5Kn4OUtAPR
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) September 15, 2016
Ya sabes que Spain is different. Las autoridades, que deberían plantarse ante los lobbies y preocuparse por nosotros, los ciudadanos, son descuidadillas a la hora de ponerse con los brazos en jarras ante los poderosos. Así que mientras piensan si les da o les quita votos, a mí me apetecía mucho compartir contigo esta gran acción de comunicación del fotógrafo Antonio Estrada. Si no coges bien el sueño y quieres ver más ejemplos de azúcar en productos ultraprocesados, entra en SinAzúcar.org y ponte a contar terrones ;).