Presidente a la fuga: el debate que le costará el puesto a Rajoy

El debate del lunes en Atresmedia fue histórico: supondrá un antes y un después en la historia de la democracia española. En este país tan aficionado a blancos y negros, todos hablamos de ganadores y perdedores.

Quiénes ganan[spacer style=”1″]

Atresmedia: consiguió ser el organizador del debate más importante de la campaña electoral, y se hizo con un 48% de cuota de pantalla (más de 9 millones de espectadores).

Ana Pastor y Vicente Vallés: los dos periodistas moderaron un debate en el que, por primera vez -da vergüenza recordar el pasado- las preguntas las hacían ellos y las normas eran periodísticas y no políticas. Tan libres, que hicieron preguntas incómodas a todos los debatientes.

Pablo Iglesias: quizá fue quien mejor se desenvolvió en el debate. Con su “no te pongas nervioso, Pedro” ninguneó al líder socialista y llevó la iniciativa. No me gustó el comienzo de su minuto de oro, en negativo, pero en conjunto Iglesias ganó puntos.

Albert Rivera: estuvo muy bien para quienes nos gusta, pero como la satisfacción es igual a lo obtenido menos lo esperado, de él se esperaba el golpe maestro que no dio. Aun así, brilló, como suele hacerlo en televisión, y sacó los colores al gobierno con la corrupción.

Soraya: aunque le faltó empatía y calidez, sacó del aprieto al candidato a la fuga de su partido, Mariano Rajoy, y representó bien la cara más amable del Partido Popular, aunque para ello tuviera que mentir diciendo que han creado empleo o intentar convencer al espectador de que son ajenos a la corrupción.

El periodismo: ¿Recuerdas los debates anteriores? Los moderadores no podían apenas abrir la boca y todo lo dictaban los partidos para que el formato fuera infumable pero seguro para sus candidatos. Da bochorno echar la vista atrás, y mucha alegría comprobar cómo el periodismo ha ganado gracias al debate del lunes.

La democracia y los españoles: ya era hora de que los ciudadanos pudiésemos ver a los candidatos hablar entre sí y contrastar sus opiniones en directo y sin guion. Faltó que estuvieran Andrés Herzog y Alberto Garzón y, por supuesto, sobró que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se riera abiertamente de todos los españoles al esconderse en Doñana por su miedo a hacer un mal papel. Es un insulto a la democracia y espero que le salga tan caro como su desfachatez merece.

Quiénes pierden [spacer style=”1″]

Pedro Sánchez: este debate terminó de dejarle ante la opinión pública como el líder acartonado que parece, con esa impostura en su discurso y esa voz que a mí al menos me recuerda a un actor ensayando un papel. No estuvo bien y quedó ensombrecido por Pablo Iglesias, más suelto y brillante. Susana se relame y calienta en la banda…

Mariano Rajoy: que casi 10 millones de españoles vean que el presidente de su gobierno se niega a debatir con quienes aspiran a sustituirlo es demoledor desde el punto de vista de la comunicación. Lo deja como incapaz a ojos de muchos. Y se le debería caer la cara de vergüenza. Creo -y por supuesto deseo- que su falta de respeto a todos los españoles le va a pasar una factura histórica: no volverá a ser presidente del gobierno. Si su partido es el primero en votos, ofrecer a Soraya de presidenta será la única opción de que algún otro partido apoye la investidura.

PP y PSOE con su debate del lunes próximo: el cara a cara del lunes entre Sánchez y Rajoy será mala para la imagen de ambos, pues tendrá mucha menos audiencia y tendrá aromas a pasado y a debate acartonado, a una realidad que ya se fue.

¿Qué pasará a partir de ahora? Los dos partidos viejos irán perdiendo apoyos porque han basado su comunicación en reglas antiguas que ya no funcionan, como el miedo o hablar de sus etapas de gobierno sin asumir fallos propios. Nadie cree a Rajoy ni a Sánchez cuando hablan de que luchan contra la corrupción, por poner un ejemplo.

Mientras, Podemos y Ciudadanos irán ganando apoyos de aquí al 20D porque comunican desde la ilusión, y eso sí mueve el voto emocional. Lo expliqué en detalle en estas diapos con ideas de comunicación para Ciudadanos: la emoción mueve el voto mientras que la razón y la apelación al miedo solo lo retienen pero no lo captan.

Es verdad que el PP intenta hacer cosas innovadoras, como el vídeo para presumir de que les votan los hipsters. El problema es cuando Rajoy presume de foto con un hipster y se descubre que el supuesto hipster es un joven de Nuevas Generaciones tuneado. Ni siquiera son capaces de encontrar uno real. Toda su comunicación se basa en una constante mentira. Realidad paralela. Y cuando los ciudadanos les decimos a la cara que deben dejar de proteger a sus corruptos y de acosar a los que denuncian la corrupción, no saben ni qué cara poner, como le pasó a Andrea Levy conmigo. Por eso son el cuarto partido entre los votantes de menos de 45 años, la gente más informada.

Quizá algunas zonas rurales y las personas mayores den al Partido Popular la primera posición, pero ni siquiera eso garantiza que gobiernen. Es muy posible que Albert Rivera como presidente sea la solución que más consenso genere, o quizá triunfe la opción de Soraya. No querría que el PP repitiera, pero al menos sería una lección moral y de democracia a un Rajoy que ha perdido por completo los papeles.

El resultado será complicado, incluso si el PP gana. Nada les hará recuperar la sonrisa ni que les perdonemos que hayan insultado a tantos millones de españoles pisoteando la democracia. En cualquier país avanzado, un candidato que se ha rebozado en la corrupción, que ha empobrecido la democracia, que ni siquiera habla inglés y que se esconde de forma cobarde para no debatir con los demás candidatos, estaría condenado a hundirse en el desprecio de algún rincón oscuro de la historia. Y yo tengo esperanzas fundadas de que España sea el 20D un país avanzado. Hoy, el poder es de las personas. Y el próximo 20 de diciembre lo veremos. O no ;).

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1 comentario en “Presidente a la fuga: el debate que le costará el puesto a Rajoy”

  1. Es increíble que en la época que vivimos aun esto sea tema de conversación o estrategia por parte de un partido. En la Argentina, pais en del que soy parte, sucedio lo mismo con el candidato oficialista Daniel Scioli. Luego tuvo que ir a una segunda vuelta y termino perdiendo las elecciones. No es todo, peru seguro su actitud ante el debate fue un eempujón más a su derrota.

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