Casi cinco años he tardado en publicar un buen artículo en el blog. Tienes suerte, hoy es el día. Porque por primera vez, el texto no es mío, claro. Estaba el viernes brujuleando por Twitter y vi que alguien retuiteaba este comentario de Andrés Aberasturi:
No lo cuestino, aunque creo que @yo_dona pierde, pero es una bajeza no publicar la despedida de @barbaraalpuente.
— andres aberasturi(@AndresAberas) diciembre 11, 2012
¡Coño, Bárbara! Y de pronto me acordé: hace 8 años, su columna era lo primero que me hacía tirarme en plancha a abrir Yo Dona cada sábado. Tanta admiración tenía, que un día le escribí una carta para pedirle que me dejase invitarla a un café. No sé qué llevó a esa mujer guapa a pensar que aquel lector no era un tarado, pero el caso es que me concedió ese café, que recuerdo fue un gustazo, en la plaza de Puerta Cerrada, en Madrid.
Hacía mucho que no tenía contacto con ella, pero al saber que su última columna, tras siete años y medio de colaboradora, había sido retirada, he volado a ofrecerle esta casita digital como blog de acogida. Y como me ha aceptado la invitación, aquí publico la que iba a haber sido su última columna en Yo Dona. Como Aberasturi y tantos otros, creí que los lectores de Bárbara Alpuente merecíamos leer su despedida, hasta que pronto la volvamos a encontrar en su próximo gran espacio. Con ella os dejo…
FIN
No quiero parecer egocéntrica, pero cuando los mayas predijeron que el mundo se acabaría en diciembre de 2012, creo que lo decían por mí. No se referían al mundo en general, como piensa tanta gente, no, se referían al mío en particular. Así que tranquilos, salid de vuestros refugios nucleares y suspended vuestro suicidio en grupo programado para la semana que viene. No temáis, esto no va con vosotros. Mi mundo se acaba un poco porque ésta es mi última columna en Yo Dona. Resulta curioso que los mayas conocieran de antemano esta información cuando yo me acabo de enterar, pero ya sabemos que eran súper listos. Todo comenzó en mayo de 2005, cuando la ahora ex directora de esta revista buscaba a una mujer que escribiera sobre solteras mayores de treinta. Yo hay pocos campos en los que sea una experta, pero este era uno de ellos por entonces, y para mantenerme fiel a mi especialidad, hoy en día lo sigue siendo. En este tiempo he compartido con vosotros mis enamoramientos, mis rupturas, la superación de algunos de mis miedos, la aparición de otros, mis reflexiones sobre el mundo, mis citas fallidas, una convivencia, tres mudanzas, los nacimientos de los hijos de mis amigas, mis viajes en metro y en autobús, una boda, mis éxitos y fracasos personales, afectivos y profesionales, la aparición e insistencia de mi reloj biológico, mi intento de sacarme el carnet de conducir (os vais a quedar sin conocer el final de esta aventura) o la pérdida de amigos y familiares. He ido derramando mis vivencias en esta página con la certeza de que siembre había alguien al otro lado para recoger mis palabras y cuidarlas con cariño. Y así ha sido; sé que algunos estáis ahí desde el principio, leyéndome como si se tratara de la correspondencia de una antigua amiga. Quiero dar las gracias a Charo Izquierdo, al equipo entero de esta revista y, sobre todo, a los que me seguís cada semana (lo siento, nunca ganaré un Goya y esta es mi única oportunidad para ofrecer un discurso de agradecimiento). Gracias, queridos lectores. Os llevo en el corazón.
Bárbara Alpuente
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Qué pena y qué rabia que no publicaran esa última columna, yo también me lanzaba al Yo Dona con la intención de leerla a ella y también me atreví a escribirle un email contandole mi admiración.
Han sido unos años geniales, espero poder leerte pronto.
Querida Bárbara: Deseo que al ser esta tu poder, goces de un buen estado de salud, (más te vale según anda la sanidad hoy), nosotros tus lectores, anuqué un poco damnificados, estamos bien g. a D.
El motivo de esta carta no es para darte ánimos, pues creo que tienes energía suficiente para superar estas decisiones tomadas por personajillos mediocres, con actitudes ruines, como es el no dejarte despedirte de ¿tus lectores?, no, creo que más bien de tus amigos, por lo menos este es mi caso.
Como buena luchadora, que no soldado, siempre te has esforzado en defender las causas nobles, es decir, las cotidianas, por este motivo tratando de seguir ese impulso que siempre intentas trasmitir en tus comentarios, y mientras te encuentro por el internet este, seguiré leyendo tu libro “Mas allá de mí”, que es una cascada de sentimientos y emociones, traducido a palabras, con la intención que te caracteriza siempre, la sinceridad.
Y sin más que decirte, se despide de ti (yo si puedo hacerlo), este que te admira.
Un lector, y sobre todo un amigo.
P.D. Nunca se saben cuáles son los lazos que unen a las personas a otros niveles.
Bárbara: De piedra me he quedado cuando me he dado cuenta que ya no te iba a volver a encontar en las páginas de YoDona, porque eras una de las pocas razones que me animaban a comprarlo, no es coba, pero ya no volveré a hacerlo porque cada vez me gustan menos los contenidos, y si tú no estás….espero poder seguirte de algún modo, porque me identifico mucho con lo que escribes y me hacías pasar muy buenos ratos; si como parece, ni te han dejado despedirte, me parece una bajeza y peor para ellos, acaban de perder dos lectoras ( pasaba a mi hija el periódico cuando lo acababa de leer). Animo y estoy convencida que seguirás comunicándote con tus lectores de algún modo ¿ donde hay que firmar?. Un abrazo de una admiradora
Hola, no sé si le llegara a Barbara o no, pero simplemente quería decir que como vivo fuera de España mi madre me guardaba la revista porque me encantaban tus artículos y me identificaba con algunos de ellos, así que cuando por fin me hice con las últimas que tenía y vi que no estaba tu artículo semanal, y que no había ninguna explicación en la web y que era como si se hubiese tragado la tierra a una colaboradora que estuvo desde el principio, me pareció fatal.
Así que dejaron de guardarme la revista y hoy buscando otros artículos tuyos he encontrado este blog por lo que simplement decirte gracias por los artículos de los años pasados y siento la forma en la que borraron tu paso por la revista, no me parece justo. Un saludo