¡Qué gusto volver al blog! Ya soc aquí :-). Sí, sé que a mí no se me esperaba como a aquel Tarradellas de hace 40 años, pero vamos, que aparezco de nuevo en tu pantalla después de ¡3 meses! ¿Por qué tanto? Pues porque lo necesitaba. He estado concentrado en algo muy ilusionante, que te contaré en su momento. Pero vamos al lío…
El otro día, hablando con un buen amigo que está bien de dinero, le dije: “Tío, tú que puedes, cómprate el Tesla S; estoy enamorado de ese coche…”. Y me dijo: “¿Qué dices…y parecer un taxi? Ni de coña”. Mi amigo lo decía porque el Tesla S (que cuesta más de 80.000 euros) lleva cerca de un año muy presente en las calles de Madrid, la ciudad en la que ambos vivimos. Debe de haber 15 ó 20 Tesla S negros -como el de la imagen-, que a mí me parecen preciosos. Y si lo conoces bien, ves que es como una nave espacial. Alucinante. Pero los que hay por la capital son coches de la flota de Über y, como circulan constantemente porque enlazan una carrera con otra, es casi imposible cruzar el centro de Madrid sin ver un par de ellos. Así, en la mente de mi amigo está que ese coche es un coche de conductor de Über o Cabify.
Dándole vueltas, el recuerdo me llevó a dos situaciones similares: hubo un tiempo en que el sueño de cualquier torero era ganar dinero para tener un Mercedes. Y el sueño de las personas cultas era, precisamente, huir de tener un Mercedes Benz para no parecer un torero, un nuevo rico, alguien de quien la gente formada y con dinero se quería diferenciar. También le pasaba a mucha gente lo mismo con los coches grandes de color blanco. Seguro que habrás oído esto alguna vez: “Un coche grande cómpratelo en colores oscuros; blanco vas a parecer un taxi” (los taxis madrileños son blancos).
Mercedes Benz consiguió con los años que su marca ya no se identificase con “el coche de los toreros”, supongo que más por casualidad que porque hicieran algo para ello. Porque el caso es que esos sambenitos que se le cuelgan a una marca, un modelo o un color de coche, afectan para mal a la marca pero son difíciles de gestionar. Una vez que lanzas un producto, son los clientes los que deciden qué hacer con él…
O no. Si Tesla quisiera evitar que su exclusivo Model S se identifique con “un coche para chóferes”, quizá podría evitarlo. Los que circulan por Madrid son parte de una misma flota -creo-, por lo que el dueño de la empresa compró varios como inversión. Quizá en este caso Tesla podría evitar que se pierda su imagen de coche exclusivo poniendo como norma que una persona o empresa puede comprar un solo ejemplar de su Model S. O una marca como Toyota puede evitar que su Toyota Prius se extienda como coche de taxistas no haciendo ofertas comerciales especiales a ese colectivo. Aun así, si se corre la voz entre un colectivo de que el coche que mola usar es tal o cual, la marca no puede dejar de vendérselos, claro.
Es bueno que tu coche se popularice porque circula sin parar por las calles, como en el ejemplo de un modelo convertido en masivo porque muchos taxistas lo usan. Pero a la vez es un arma de doble filo: a una marca le interesa que su coche recién lanzado se vea mucho. La duda es: ¿Y si por convertirlo en taxi o coche de Cabify se devalúa en la mente de la inmensa mayoría de posibles usuarios particulares? ¿Corre peligro el futuro del Tesla S como un coche aspiracional?
Esta reflexión no tiene un final porque no tengo la respuesta. Por eso lo titulé con una pregunta, que os traslado para que os mojéis en los comentarios. ¿Qué pensáis? A ver si algún experto en comunicación de automoción pasa por aquí y se anima a iluminarnos con sus impresiones ;).
Creo que cuando una marca se ve mucho entre los taxistas, se intuye cierta fiabilidad y buena inversión, en este caso creo que puede beneficiar pero al Tesla model 3 y perjudicar al S.
Lleva camino de convertirse en el haiga de este decenio.
Creo que esa manera que apuntas, es consecuencia de la educación cristiana que recibimos los de cierta generación en la que te incluyo (por los pelos), educados en un sentido de la austeridad que en cierto modo era enfermiza. Por otra parte, en Alemania los taxis son modelos de Mercedes o de Audi de alta gama y no pensamos que el que tenga uno es un quiero y no puedo. Ahora que lo pienso, a lo mejor lo digo porque tengo un Mercedes (de segunda mano y ya con años)
Lo que sí es cierto es que ahora, si vives en el centro de la ciudad, con los vehículos compartidos, las directivas anticontaminación y el apoyo a los fabricantes , ITVs, etc. lo que no tiene sentido es comprarse un coche que te “dure toda la vida”. Mejor te compras uno más barato y a aguantar cuatro años, o ir a un “renting”, “comparting”…