Hay cosas que te enseñan de pequeño y te das cuenta de mayor. Y debería haber una oportunidad de dar las gracias cuando te das cuenta.
Hago propias esas palabras mágicas de la última campaña de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), casi siempre brillante en sus anuncios. Me ha gustado el anuncio “El rincón de construir”, pero más aún el pequeño documental de 4 minutos:
Se me aguan los ojos de pensar en tantos maestros que he tenido en la vida y de las veces que lo he sentido cuando ya no los tenía delante. Desde María, mi profe de lengua del Ramiro de Maeztu -sin ella quizá no habría hecho periodismo-, pasando por Chema (también del insti), a mis hermanos -Javier, el que más, cuando empecé en Goodwill-, mi madre, José Antonio Jáuregui en la carrera, Claudine…
¡Chapeau para la FAD, que vuelve a acertar ahondando en la idea de construir que ya usó en la anterior campaña! Qué bonito es que la FAD ponga el acento en que es la educación la que nos salva de caer en drogas, la que nos hace crecer como personas. Y qué ilusión que usen su talento y su hueco en los medios para homenajear a los maestros, que tanta falta nos hacen y tan poco calor reciben de todos nosotros. ¡GRACIAS, maestras y maestros, por enseñarnos el rincón de construir!
Juan Antonio Jáuregui también fue mi profesor en Periodismo. Fue maravilloso conocerle. El día que vi su obituario en El Mundo sentí su pérdida irreparable.
Era un tipo sensacional. De esos profesores que te hacen ir a clase con ilusión de comerte el mundo, de chupar de todo lo que te enseñe o te sugiera. Yo tuve el privilegio de que me invitase incluso a ir a su casa, y hoy la suerte de ser amigo de su hijo Pablo, gran periodista de ciencia en El Mundo. Gran maestro y gran familia la de José Antonio Jáuregui ;).