El viernes, en Burgos, en el delicioso diálogo de cierre de iRedes entre Pérez-Reverte, Jabois y Antonio Lucas, el periodista Manuel Jabois comentó que había políticos que en Twitter le seguían y le dejaban de seguir al cabo de unos días y que eso lo repetían 7 u 8 veces. Él pensaba que era porque a veces decidían leerle y otras veces no, y así unos días los tenía como seguidores, luego se iban y al cabo de un tiempo decidían volverlo a seguir.
Como luego tuve la suerte de saludarlo, le expliqué a Jabois que lo que él creía fruto del cabreo o la animadversión del político de turno, era, en realidad, mucho más penoso. Le conté que ese 'ahora te sigo-ahora no te sigo' no lo hacían esos políticos manualmente, sino que es el indicio inequívoco de que están usando sistemas de compra de seguidores basados en el seguimiento de vuelta.
¿Cómo funcionan estos sistemas más evolucionados de compra de seguidores? Más o menos así: tú pagas por tener, pongamos, 20.000 seguidores más en Twitter. Pero como sabes que si los compras falsos, será un bluff el día que te pillen con el carrito del helao, usas una compra de seguidores mucho más sofisticada y difícil de probar. La maquinita hace lo siguiente:
- Si le has pagado por que te aumente tus seguidores en 20.000 personas, el sistema sigue en tu nombre a 20.000. Y lo hace espaciado en el tiempo para no llamar la atención de Twitter, que podría cerrarte la cuenta por hacer trampas (como detalla aquí).
- El software espera unos días porque sabe que una parte de esas personas a las que has seguido se van a sentir halagadas y van a corresponderte siguiéndote de vuelta.
- Pasados unos días, la máquina repasa quién te ha seguido y quién no y, a los que no lo hicieron, los deja de seguir de forma fulminante. Los fustiga de tu parte con el látigo digital de tu indiferencia…pero solo por un tiempo.
- Si de los 20.000 a los que seguiste, hubo 12.000 que te siguieron de vuelta, entonces te faltan 8.000 hasta llegar a los 20.000 seguidores por los que pagaste. Así que, pasado un tiempo, vuelve la burra al trigo: sigue a otros 8.000, espera unos días a ver quiénes no te siguen, y los barre con el escobón (los dejas de seguir). Y así se repite el ciclo una y otra vez, hasta que completa los 20.000 seguidores que pediste para dormir sintiéndote más importante en el mundo.
¿Por qué las maquinitas de esos políticos, en el caso de Jabois, vuelven a seguirlo a él 7 u 8 veces? Sencillo: porque al comprar los seguidores, el algoritmo te permite encima elegirlos por los temas sobre los que tuitean o sobre los que dicen tener interés en su biografía, de forma que te lleguen seguidores a los que les interesen las cosas de las que tú tuiteas. Así, para mayor camuflaje y afinidad, si eres político conseguirás que te siga gente a la que en Twitter le interesa la política (como es Manuel Jabois, un periodista que sigue la actualidad política).
En este caso, los políticos, o sus asesores o community managers, elegirán tener seguidores que mencionen mucho las palabras "psoe", "pp", "política", "congreso" o "diputados", por ejemplo. De ahí que Manuel viva repetido ese amor y desamor tan pesado del follow-unfollow, que tan bien reconocemos quienes somos viejos habitantes de esta red social.
Cuando se fue Jabois, hablé del tema con unos amigos con los que compartía picoteo, y les dije que harto de sufrir esas prácticas de engañabobos, hace años que bicheo a quienes me siguen y dejan de seguir a cada rato. Y cuando me da el punto, hasta los bloqueo. El caso es que desde 2011 guardo pantallazos de Twittercounter que muestran la frenética actividad seguidora y 'des-seguidora' de 30 ó 40 de estas personas.
Siempre he pensado que estaría bien que se supiese cómo han llegado a convertirse en influyentes algunos de los que van por la vida dando lecciones de redes sociales, marketing y comunicación, de política y hasta de ética. Muchos de quienes compran seguidores con este sistema viven de dar clases y conferencias sobre buenas prácticas en redes sociales. Me pregunto si a sus alumnos les contarán el truco que les hizo a ellos acumular decenas e incluso cientos de miles de seguidores. Quizá se lo queden para sí por no darles todo su conocimiento, o incluso por vergüenza de confesar cómo lo hicieron…
Por otro lado, aunque a algunos nos genere desprecio usar esos trucos -a mí me parece una forma de aparentar ser lo que no eres-, es una práctica legítima: es la persona seguida quien, voluntariamente, decide si pulsa el botón de seguirte de vuelta cuando la maquinita lo elige como objetivo. Así me lo defendió hace unos días alguien que lo usa: "yo no lo veo como una trampa, sino como un anuncio de publicidad; para mí es una forma de llamar la atención de quienes siguen los temas de los que hablo en mi vida profesional y, si me ven interesante y me siguen, mi trabajo lo ve más gente y vendo más".
Pueden estar tranquilos los que hacen esas trampillas, pues he decidido no sacarles los colores en público. Me echaba para atrás el vincularme a un contenido tan negativo, pues a los retratados les puede avergonzar, molestar, doler o incluso enfurecer verse en esta lista. Pero sí he creído que es interesante destacar esta forma extraña de engordar tu influencia si eres un cargo público. Y de estos son solo dos los ejemplos que tengo documentados. Llamaron mi atención porque los dos tienen cientos de miles de seguidores sin ser gente relevante en la política y porque la maquinita de ambos tocó mi puerta con el 'te sigo-no te sigo' tantas veces, que llevo años viéndolos venirse arriba: El alcalde de Jun por el PSOE, José Antonio Rodríguez Salas, y Juan Francisco Escudero, concejal de Ciudadanos en Alicante.
Las gráficas que hoy comparto, extraídas de Twittercounter, me llevan a sospechar que ambos llevan muchos años inflando su influencia comprando estos servicios de venta de seguidores, pero juzga tú mismo:
Twitter de @JuanfraEscudero y análisis del crecimiento de su cuenta. ¿Compra seguidores?
¿Qué muestra la gráfica de arriba? Que según la medición de Twittercounter, el 21 de enero de 2014, Juanfra Escudero lo debió de pasar entero dándole al botón de "Dejar de seguir" de su Twitter, pues en un solo día se deshizo de 10.415 personas a las que seguía. ¿Y esto es raro…? Igual a ti te parece un comportamiento humano: "este no me gusta…a este lo 'desfolloweo', que es muy feo…a este lo dejo de seguir porque su apellido me chirría…"… y así hasta 10.415 personas a las que borra de su timeline. Debe de tener el dedo hecho polvo después de tanto pulsar. Otro ejemplo:
El 5 de marzo de 2014, deja de seguir a 24.679 personas en 24 horas, en un pico de sierra muy característico de estas herramientas. Como se ve, la herramienta parece que va aumentando el número de personas seguidas durante días y, finalmente, cuando hace balance de quiénes lo han seguido de vuelta, borra de un plumazo a los que no lo hicieron (en este caso, 24.679). Veamos otra oleada de un mes después:
El 28 de mayo de 2014, @JuanfraEscudero pierde 6.496 seguidos. Si te fijas, sus seguidores decrecieron en más de 50.000 en solo un mes (de 465.180 a 412.431), lo que da idea de la gran volatilidad de estos crecimientos tan atípicos.
Un año más tarde, el 20 de marzo de 2015, la evolución siguió de forma similar. El 'community manager de las celebrities', tal como se define, y desde 2015 concejal de Alicante por Ciudadanos, ha seguido a 100.000 personas más y ha recibido a cambio el seguimiento de otras decenas de miles, en un baile de cifras tan constante como difícil de asimilar con una conducta natural de una persona en su día a día en Twitter.
A día de hoy, marzo de 2016, @JuanfraEscudero ha conseguido seguir solo a 23.000 personas sin que se resienta su cuenta de seguidores, que roza los 459.000. Desconozco los detalles de cómo se ha desembarazado de su legión de seguidos, pero es obvio que cuantos menos tenga, mejor para su reputación: le viene muy bien que parezca que la gente le sigue por lo que dice y no porque él haya dado el paso de seguirlos a ellos antes.
¿Para qué quiere un community manager de famosos ser el más seguido? El crecimiento desmedido de los seguidores de @JuanfraEscudero se produce en 2011 a 2015, cuando él no era cargo local sino 'el community manager de las estrellas', como él mismo se definía en su cuenta de Twitter. La lógica parece sencilla: si vas a ofrecerle a un famoso llevarle sus redes sociales, y él ve que tú -sin ser nadie conocido- tienes 400.000 seguidores, el famoso llega rápido a la conclusión más simple: "Si él, que no es nadie conocido, hace que lo sigan 400.000…¡cuántos miles de seguidores me conseguirá a mí, que soy un superfamoso!". En pocas palabras, ser muy seguido es la mejor tarjeta de presentación para impresionar a sus posibles clientes (con alguno de los cuales, por cierto, utiliza esas mismas técnicas).
Twitter de @JoseAntonioJun y análisis del crecimiento de su cuenta. ¿Compra seguidores?
El 12 de febrero de 2014, José Antonio Jun pierde 1.893 seguidores, según la herramienta de medición Twittercounter. Son muchos para que se decepcionen todos en un solo día (de hecho, como ves en la curva, suele ser ascendente y constante). Seguimos…
El 17 de mayo de 2014, deja de seguir a 982 personas de golpe.
El 11 de julio de 2014, deja de seguir a 2.289 personas en un solo día, en otro pico de sierra de los que parecen más propios de un sistema automatizado que de una decisión de alguien que, como será el caso, tiene mejores cosas que hacer que pasar la tarde dándole al botoncito de 'dejar de seguir' en Twitter.
La gráfica de @JoseAntonioJun de arriba es de hace unos días, del 28 de febrero: ese día deja de seguir a 5.264 personas del tirón (siempre, según Twittercounter). De nuevo, una caída del número de seguidos más propia de una máquina que de una decisión humana. Y por último, esta misma semana:
Como ves, ha dejado de seguir este martes 8 a 10.360 personas. En un solo día. Sin despeinarse ;).
Conclusiones sobre este tipo de comportamientos
En ambos casos, hablamos de dos de los políticos con más seguidores de España: @JuanfraEscudero tiene 459.000, y @JoseAntonioJun, 403.000. Están casi al nivel de Albert Rivera (533.000). El caso de Juanfran Escudero es curioso: supera en seguidores a Pedro Sánchez (302.000), Manuela Carmena (404.000) o Ada Colau (380.000). En definitiva, el concejal de Alicante y el alcalde de Jun se sitúan entre los 10 políticos más seguidos de España, lo cual no deja de tener su gracia, teniendo en cuenta que hablamos del alcalde de un pueblo de 3.600 habitantes (Jun) y de un concejal de un ayuntamiento que ni siquiera es del partido que lo gobierna. El número de seguidores de ambos está por encima de su fama y sus responsabilidades, pero a la altura de su ambición.
¿Por qué creo que es relevante que se conozca cómo aumentan los seguidores algunos de nuestros representantes públicos? Primero, porque denota un afán de parecer que no se corresponde con la transparencia que se debe exigir a los políticos. Segundo, porque me pregunto además si este engorde de su influencia lo pagarán con su propio dinero o no (conste que en el caso de @JuanfraEscudero, casi todo su crecimiento lo hizo cuando no era cargo público, mientras que @JoseAntonioJun fue alcalde durante todo el período que he analizado).
Otra conclusión clara es tan triste como injusta para quienes apostamos por la transparencia: hacer crecer tus seguidores en Twitter por medio de artimañas puede ser feo pero es efectivo. Si nadie te pilla, los seguidores que conseguiste de forma fullera se quedan como seguidores con todas las de la ley: a partir de ese día, te recibirán y te leerán. Desde que tengas esos cientos de miles de ojos puestos en tu verbo tuitero, cada vez que píes, cosecharás mágicamente decenas o cientos de retuits donde otra persona tendría apenas unos cuantos. Es una putada para quienes jugamos limpiamente, pero es así: la influencia conseguida a base de talonario no te la quitan aunque se demuestre que creciste con algo de dopaje. Sí, es infringir los términos de servicio de Twitter, pero la red social no suele tomar medidas contra quienes hacen estas trampas.
¿Por qué Twitter permite que existan estas prácticas? Buena pregunta…para Twitter ;). Por mi parte, me permito apuntar una solución sencilla: si Twitter quisiese que su herramienta tuviera la transparencia con la que Biz y compañía la crearon, sería fácil: obligar a todos los usuarios a que NO sigan a más de una cifra razonable de cuentas. ¿2.000? ¿5.000? ¿10.000? ¿Cuántas cuentas puedes seguir para poder leer todo lo que escriben? ¿Con cuántas personas te cruzas en tu vida como para que sientas que quieres seguirlos en Twitter? La cifra admite mil discusiones, pero no parece que seguir a 100.000 personas tenga ningún sentido. Sobre todo, porque ya vemos que quienes lo hacen no es porque les interese lo que dicen esos 100.000 seguidos, sino porque juegan a ver quién la tiene más larga (la lista de seguidores, claro :).
Pablo, ¿no serás parte de una conspiración judeomasónica para acabar con el 'Pacto del Abrazo' de PSOE y Ciudadanos? Pues va a ser que no. Esto no va de que me caiga mejor un partido que otro, sino de que llevo muchos años muy activo a favor de la transparencia en la vida pública (aquí tienes mi perfil). De hecho, es público que hoy siento simpatía por Ciudadanos, aunque fui votante de muchos partidos (a mis 42 años, he votado cuatro o cinco distintos).
Pero este artículo no habla de partidos ni de personas, aunque he usado dos ejemplos para mostraros una tendencia. La reflexión no es si lo hace alguien del PSOE o de C's, sino subrayar que no merecemos que quienes se dedican a la vida pública compren influencia por medio de trampas; y menos aún que se hagan influyentes con trucos y sea justo eso lo que les lleve a ganarse una plaza en la vida pública. Porque no se os escape que alguien con cientos de miles de seguidores se vuelve, súbitamente, muy apetecible para trepar por la estela de los cargos públicos en estos tiempos del trending topic. Hoy, los partidos, con mayor o menor habilidad, buscan ganar discusiones en la red y monopolizar los trending topic como si no hubiera un mañana…
¿No hay trampas en otros candidatos de PP, Podemos o IU? Te devuelvo la pregunta: ¿Conoces algún político con más de 400.000 seguidores, que NO sea el líder nacional de su partido o alcalde de una gran ciudad o presidente de una comunidad autónoma…? Estos dos casos son palmarios, incomparables a cualquier otro…
He analizado arriba a ambos políticos porque coincidió que vinieron a mí en su día: ellos me siguieron y dejaron de seguir tantas veces, que cada vez que lo hacían me lo recordaban amablemente sus maquinitas. Así que entraba en un segundo en Twittercounter y hacía un pantallazo en directo (pues sabía que esos días estaban en plena campaña electoral…de seguidores). Hoy podrías hacer ese rastreo con Twittercounter pero ir al pasado de cada cuenta cuesta 38$, dinero que por supuesto no merece la pena gastar para denunciar lo que parece un secreto a voces: que muchos compran la influencia en la red que no consiguen sin trucos. Por otro lado, han sido denunciados tanto @JoseAntonioJun (y aquí) como @JuanfraEscudero, en sendos estudios (bastante rigurosos, léetelos), porque parecen estar detrás de campañas de SPAM a favor de partidos políticos en Twitter. Parece que además de sobresaliente en captación de seguidores, puede que también estén aspirando a nota en cómo ganar campañas en Twitter a golpe de bots.
¿Hablamos de un par de casos aislados, o hay mucha gente que compra seguidores? Te lo recalco: los dos retratados aquí no son un caso aislado, sino la punta de un iceberg gigante. Cientos de miles de personas anónimas y públicas caen en este deporte tan novedoso de hincharse a esteroides en redes sociales. Yo lo sé de decenas de personas y lo sospecho de otras muchísimas. Y estaría bien, por el propio bien de Twitter como herramienta de comunicación, que la red se esforzase en acabar con este tipo de prácticas. No es fácil demostrarlo pero sí es sencillo intuir quién usa estos sistemas. Una pista: cuando veas que alguien tiene casi tantos seguidos como seguidores, es casi seguro que usó en su día este tipo de argucias para llegar a parecer lo que quizá no es (interesante en los contenidos que comparte). Y cuando haya desproporción pero sea gente que sigue a más de 10 ó 15.000 personas, es fácil deducir que no los sigue porque le parezcan personas apasionantes: necesitaría una vida para leerse los tuits que emiten 10.000 personas en una sola semana. Los sigue porque usó en su día estas técnicas para que lo sigan de vuelta, y sabe que si deja de seguir a esos miles, los perderá como seguidores.
Políticos de Podemos y PP que parecen haber usado estas mismas técnicas. El blog Twitter Bots hace desde hace un año y pico una gran labor en pro de la transparencia, denunciando de forma científica, con análisis de datos y gráficos muy complejos, todos los casos de SPAM político que detectan. Tienen pruebas claras de que asesores de todos los partidos han metido la pata usando redes de robots para ganar influencia. Como en el caso de Arturo Rodríguez Escribano (PP), al que ni siquiera es ya hoy posible encontrar en Twitter (o borró su cuenta para no dejar rastro o se la suspendieron). E igual que le pasa al Partido Popular cuando le salen muchos casos aislados de corrupción, en esto de intentar engañar en internet también les salen bastantes casos para ser aislados ;). También han encontrado algún caso claro de quien pretende hacer SPAM para favorecer a Podemos, si bien es este un partido que, como Ciudadanos, conocer mejor la red que los antiguos y tienen menos necesidad de inflar su influencia en ella (son más dueños de la conversación de forma natural que los viejos partidos).
Hay engaño desde que hay humanidad. La vida es un teatro y la comunicación, una herramienta. Las personas honestas juegan limpiamente y las que no lo son, seguirán toda la vida intentando manipular. Cuando se trata de engañar a los ciudadanos, merece la pena que busquemos y exijamos transparencia. Todo lo vivido en estos últimos años de corrupción, sin ser comparable, tiene como esencia eso mismo: el engaño, que los ciudadanos no debemos tolerar jamás.
Actualización del 10/3/2016 a las 13h05': José Antonio Rodríguez Salas, alcalde de Jun, me ha contactado por mensaje directo en Twitter para negar haber comprado seguidores y reafirmar que tiene una gran influencia real. Lo segundo sí me parece cierto, tal como digo desde el mismo título del post y en este párrafo del artículo:
Si nadie te pilla, los seguidores que conseguiste de forma fullera se quedan como seguidores con todas las de la ley: a partir de ese día, te recibirán y te leerán. Desde que tengas esos cientos de miles de ojos puestos en tu verbo tuitero, cada vez que píes, cosecharás mágicamente decenas o cientos de retuits donde otra persona tendría apenas unos cuantos. Es una putada para quienes jugamos limpiamente, pero es así: la influencia conseguida a base de talonario no te la quitan aunque se demuestre que creciste con algo de dopaje. Sí, es infringir los términos de servicio de Twitter, pero la red social no suele tomar medidas contra quienes hacen estas trampas.
Os dejo en cualquier caso la explicación del alcalde de Jun para que cada uno saque sus conclusiones:
Actualización 2 (11/3/2016 a las 8h48'):
El alcalde de Jun anuncia que me va a demandar por acusarle de comprar seguidores:
El alcalde de Jun dice que me demandará por acusarle de comprar seguidores. Alégrame el día, @JoseantonioJun 😉 https://t.co/OfQ3NZ8DgM
— Pablo Herreros (@PabloHerreros) 11 de marzo de 2016
Dudo que lo haga, pues ni siquiera afirmo tal cosa. Lo que digo en el artículo es que parece haber usado sistemas de compra porque el comportamiento de sus seguidos y seguidores no denota un comportamiento humano. Más bien, y me reafirmo, claro, parece un crecimiento provocado por usar sistemas de seguimiento automático, que Twitter prohibe de forma expresa:
Hasta ayer, este era un artículo en el que, con dos ejemplos reales, quería subrayar que los servidores públicos deben ser transparentes y no preocuparse más de aparentar que de dar servicio a sus ciudadanos. Desde hoy, y a la vista de que el alcalde de Jun amenaza con demandarme, he pedido a Twitter que revise esas dos cuentas y haga cumplir sus propios términos de servicio como corresponda:
Actualización del 12/3/2016 a las 12h30': este culebrón absurdo se pone cada vez más divertido. El concejal @JuanfraEscudero ha tenido, al menos, la lucidez de estar callado desde que destapé sus prácticas. Sabe que se juega que Twitter le cierre la cuenta o le quite cientos de miles de seguidores. El alcalde, en cambio, la ha tomado con el mensajero, un clásico de nuestros políticos cuando les pillan mintiendo. La periodista Sabela Rodríguez ha publicado un artículo en el diario Infolibre en el que el alcalde de Jun confirma que me demandará y dice que este artículo mío que has leído es fruto de mi enfado porque él no me hace caso cuando le pido retuits. Puedes sonreír si quieres, querido lector :). Pincha en el titular para leer el artículo completo en Infolibre:
Lo mejor del artículo está en el párrafo que os pongo aquí debajo. No deja de sorprenderme este tipo con su inventiva. Poseído por un sintomático ataque de importancia, dice que yo me enfadé con él porque le pedía retuits y a él no le dio la gana. Como él no me hacía casito, monté un complot para hundir su reputación ;). Solo se le ha olvidado un detallito sin importancia: no le ha enseñado a la periodista esos mensajes míos, que solo viven en su imaginación :-).
Actualización de diciembre de 2018: Han pasado más de dos años y sigo sin recibir noticia alguna de ningún juzgado. Debe de haber estado el hombre a tope de trabajo, porque dijo que me demandaría y se le ha debido de pasar. Igual uno de los dos mentimos, o yo en mi artículo o él al decir lo que dijo de mí y de esa demanda que me pondría. El ya exalcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas es hoy un nuevo alto cargo del gabinete de Pedro Sánchez.
¡Anda! Hace unos días me comenzó a seguir el tal Escudero. Lo recuerdo porque vi lo de “El CM de las estrellas” y me dejó flipado. Sobre todo porque pueda ganarse así la vida.
Ahora entiendo algún que otro seguimiento extraño que me llega de vez en cuando. Hasta ahora eran claramente por motivos comerciales, lo de este tipo ha sido el primero que he visto tan evidente.
Gracias por la explicación.
Excelente post, sobretodo porque nos recuerda los principios que algunos nunca han llegado a conocer. Obsesionados por las herramientas, por el postureo constante y por la necesidad de reconocimiento, olvidan el sentido ético de sus acciones y quiénes son. Solo importa lo que los demás piensan que son. En fin, parte de la regeneración política y social pasa por la regeneración moral, porque como bien dices esto no afecta solamente a políticos, nos afecta a todos.
Pingback: Comprar seguidores en Twitter puede ser feo pero funciona
“He decidido eliminar de mis seguimientos a quienes no están activos o no se comunican conmigo. De ahí que un porcentaje de ellos hayan decidido dejar de seguirme cuando han visto que yo he hecho lo propio”. Alcalde de Jun.
Qué loco todo:
1. Dejar de seguir a alguien inactivo que casualmente “se activa” al dejar de seguirle, ¡dejando de seguirte!
2. Seguir a 100.000 tipos: Qué capacidad, ese timeline será una verbena.
3. Seguir sin robot a 190.000 usuarios y borrar a 40.000. Esto supone haber hecho con el dedo índice 230.000 acciones de follow/unfollow.
Yo a alguien así le haría un monumento en alguna rotonda que tenga Twitter…
Pingback: El alcalde de Jun demandará al periodista que le acusa de comprar seguidores en Twitter | noticias-banca.com
Comprar seguidores o pagar a una empresa que tiene un bot que te genera seguidores, para ser más exacto, puede ser moralmente bueno o no, pero bajo esa misma óptica la publicidad de ganancia de seguidores de Twitter Ads tampoco sería moralmente utilizable. Y los que nos dedicamos a esto pagamos a Twitter para que promocione cuentas y gane seguidores. Cierto es que no a través de la práctica de seguir-dejar de seguir.
En todo caso, no gustándome y no haciendo uso de esa estrategia, pero gustándome los puntos intermedios, también te digo que la responsabilidad última es de quien decide seguir, al igual que la responsabilidad última es de quien elige el canal y el programa televisivo que ver.
La culpa no es tanto de quien produce sino de quien le otorga el éxito.
El pasado sábado 30 de Enero, escribí un post sobre éste personaje en mi blog. Desde hace tiempo, me llamaba la atención varias cosas de las que expones en el post. No creo que él le dedique personalmente tanto tiempo a la red, como yo le dedico a a mis blogs y aún así se perfectamente que a muchos que me envían e.mail no les puedo ni contestar y te aseguro que tengo todo el tiempo del mundo.
Verlo en debates televisivos dando “clases” de redes sociales, es que me ponía de los nervios.
Yo he sido en mi post un poco más bruto que tu al referirme a éste “pájaro azul”, pero considero que lo has puesto en la picota y ahora que demuestre él, que no es verdad.
Felicidades por tu post, en su justo lugar.
¡Tremendo trabajo de investigación!
Fantástico artículo y análisis.
Precisamente, hace unos meses escribí un post sobre cómo analizar las redes sociales de la competencia y una de las claves que mencionaba era que había que desconfiar de los que seguían a mucha gente en TW, que es materialmente imposible seguir más allá de 500/600 personas.
Enhorabuena por estar siempre ahí metiendo el dedo en la llaga y levantado las alfombras con un sentido ético.
Gracias
jajaja No es nada nuevo en los albores de intenet en la página web del Ayuntamento de Jun todas las comunicaciones de elogio con panegíricos sobre su gestión municipal tienían el mismo número de IP, que casualmente era…. exactametne ¡el mismo del Ayuntamiento ! Cuando se le reprochó el narcisismo y la puerilidad de escribirse loas a si mismo eliminó el chat…..jajajaja
Aquí otra prueba más de las trampas de esta gente
https://botsdetwitter.wordpress.com/2015/05/28/las-trampas-a-favor-de-ciudadanos-en-la-campana-electoral/
y más …
https://botsdetwitter.wordpress.com/2015/07/08/juanfraescudero-sigue-lanzando-spam-politico/
Hola Pablo. Gracias por investigar estos casos y poner la información a disposición de cualquiera que se moleste en buscar. Ayer vi aparecer en mi timeline el siguiente tuit https://twitter.com/JuanfraEscudero/status/709115096149200896 retuiteado por las cuentas de @twitter y @twitterspain, a pesar de que veo que les has hecho llegar esta información en cuanto al incumplimiento de sus términos.
Como me pareció todo muy raro (lo de las “celebreties”, sus chorrocientos seguidores, el humo espeso que lo envuelve todo), busqué más información sobre el tipo y me encontré con este artículo.
Twitter se ha convertido en un sitio donde hay que realizar un gran esfuerzo para filtrar el ruido y lo inútil.
Gracias por tu excelente artículo
Al margen de estos packs de “seguidores”, convendría analizar “campañas” tipo “La hora mágica” y “La hora chachi”
Más de lo mismo
A seguir!!
Parafraseando el estado del alcalde de Jun: “No puedo cambiar la dirección del viento, pero si ajustar las velas para… tener más seguidores en twitter” Jajaj.
Y parafraseando otro sms de mi móvil trium, allá por el año 200? “Hazme casitooooooo que soy un mensajitoooooooooo!!”
ánimo Pablo!
El que se deja impresionar por gran número de seguidores merece que lo engañen. Generalmente es alguien que espera de las redes sociales algo que no se corresponde con su naturaleza y ante esa necesidad surge la oportunidad de quien quiere sacar provecho.
En redes sociales es tan responsable el que hace como el que permite hacer.
Saludos.
Y digo yo… ¿En el fondo qué más da todo esto? Mañana Twitter cierra y alguno no podrá calcular la cantidad de horas de su vida que habrá perdido.