7 consejos para acompañar a un influyente

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Siempre hablo en charlas y clases de comunicación online de lo importante que es el humor como herramienta. Es personal, pero a mí me gusta usarla porque genera mucha empatía y quita importancia a cosas que nunca deberían tenerla. Os muestro un ejemplo propio recién salido del horno: Acabamos de organizar desde Goodwill un viaje para esto que tan pomposamente se llama influencers, y que son en definitiva blogueros y usuarios de Twitter con cierta influencia en la web social. Durante un fin de semana, 17 blogueros y blogueras han estado invitados a Calpe con sus parejas para conocer el proyecto participativo que el Ayuntamiento de Calpe ha puesto en marcha para renovar su casco histórico.

No os aburro sobre el blogtrip (esa también es buena palabra…), que podéis ver metiéndoos a cotillear la etiqueta (o hashtag) #RenuevaCalpe. Sólo quiero compartir en público una de las piezas que compusieron la acción, pues ha habido gente que nos lo ha pedido porque les hizo gracia: es lo que llamé la Guía de acompañantes: 7 consejos para acompañar a un influyente. Se la dábamos a los y las acompañantes de los influyentes (había versión masculina, femenina y hasta hermafrodita, dependiendo del sexo del influyente y del acompañante). De su lectura deduciréis que nada hay más peligroso que un bloguero organizando un viaje para blogueros :-).

Buenos días. Somos como tú, sabemos cómo te sientes al ser la acompañante de un influyente. Por eso hemos preparado esta pequeña guía con 7 consejos que esperamos te resulten útiles para abordar este viaje a Calpe que aquí comienza.

1. Haz creer a tu influyente que él es lo más importante. ¿Alguna vez un Ministro le ha pedido a tu influyente opinión? Pues eso. Tú y nosotros sabemos que influir, lo que se dice influir, influye poco. Pero tu influyente tiene su corazoncito. Aunque parezca el más seguro del mundo, en el fondo necesita cariño. Dáselo.

2. Toma decisiones que crea que ha provocado él. Sí, somos conscientes de que ni siquiera tienes en cuenta la opinión de tu influyente cuando te compras una falda ni cuando eliges restaurante; ni siquiera cuando compras algo que le afecte a él directamente. Pero es crucial que él no lo sepa: procura, si no te supone mucho gasto, comprar de vez en cuando algo -lo que sea- que veas que él ha mencionado alguna vez. Si lo refuerzas con un “te lo leí en el blog”, o “como tú lo recomendaste en Twitter”, ese pequeño gesto hará que tu influyente se sienta mucho mejor. A ti no te cuesta nada y él lo necesita.

3. Procura que piense que ves el mundo a través de sus ojos. Cuando hables de la crisis política, de la fisión nuclear o del precio de los tomates, procura empezar cualquier opinión tuya con un “Como tú dices siempre…el Gobierno bla bla bla”. Y ya metes ahí tu propia opinión, que al ir precedida por esa coletilla previa, le sonará a música celestial. Si lo quieres bordar, haz este otro formato: “Como tú defiendes siempre en Twitter…”. Esa palabra última es magia para sus oídos. Prueba. Ya verás…

4. Refuerza su sensación de que los demás lo siguen. Siempre que veas algo chulo en un blog, o una foto en instagram que te guste, relaciónalo con tu influyente: “He visto una foto de fulanito que me recuerda a una que publicaste tú en Instagram hace tiempo”; o “El post de mengana sobre el futuro de Facebook bebe de ideas que he leído en tu blog desde hace siglos. Cómo se nota que se inspira en ti sin citarte…”. Son chorradas. Para ti. Para él es como el aire que tú respiras: necesita ese pequeñito empujón para creer que de verdad alguien le lee y hace cosas gracias a ideas de tu influyente.

5. No importa el trabajo que tengas o que andes sin un minuto: busca un hueco para leerlo a él. Sí, andas con mil historias y no siempre te da tiempo a leer sus chorradas. Tampoco te apetece, lo sabemos. Pero tienes que hacerlo, aunque sea por encima. Ponte alarmas, busca huecos y, aunque sea desde la parada del autobús o el baño del trabajo, echa un ojo a su Twitter, a su Facebook, a su blog. Si vas con mucha prisa, simplemente entra y retuitéale lo primero que veas, o haz click en ‘Me Gusta’ para que crea que le has leído el pestiño ese que les calza a sus seguidores. Para él, tú eres el termómetro de su influencia. Si tú le lees y le haces creer que lo que dice es brillante, creerá de verdad que los demás lo valoran, y saldrá al mundo con una sonrisa de oreja a oreja. Y eso también te hace a ti feliz. ¿Qué te cuesta?

6. Dile mucho “fans”, “followers” y “retuits”. Esas tres palabras son como la metadona para el drogodependiente. El influyente necesita que le digas “he visto que te han subido mucho los fans en Facebook” (no te agobies porque sea mentira, pues él siempre cree que su influencia crece). O dile: “Alucino contigo: cada día tienes más followers, y qué mogollón de retuits…”. Sí, los seguidores crecen como el césped, porque cada vez hay más gente en redes sociales y se meten a seguir a los que ya están. Pero a él le da subidón pensar que sólo crecen los suyos, y que es porque su aura de megainfluencer se hace más y más grande cada día. Un truquito: si un día quieres conseguir algo de tu influyente y no te apetece negociar, usa esta frase y pídele luego lo que quieras, que dirá que sí sin pestañear: “Muy fuerte lo de tu Klout. No sabía que lo tenías tan alto…”. Sí, la frase es ridícula, pero él no lo sabe. Mano de santo ;).

7. Copia lo que veas que hace él sobre el terreno. Estos días en Calpe, verás que él tuitea algo usando la etiqueta -‘hashtag’, lo llama él haciéndose el que habla inglés- #RenuevaCalpe; o verás que él cuelga una foto de un detalle del casco historico o comparte en Twitter o en Facebook la web www.calpe.es/ciutatsostenible/, en la que se habla del concurso para revitalizar el casco histórico de Calpe. Si se te ocurre publicar también algo, tú hazlo siempre después de él, nunca antes. Esto es vital porque, igual que el protocolo de los grandes hombres de Estado marca quién se sienta dónde y quién saluda a quién, el influyente tiene que seguir viviendo en un mundo en el que él hace cosas y los demás las hacen detrás, se supone que empujados por ese liderazgo que arrastra su influencia por la Red y por el mundo entero. Si se te ocurre hacer tú una foto o compartir una opinión antes que a él, espérale. Sé paciente. Si ves que no se le pasa por la cabeza, dale un codazo como para que vea que el mundo espera de él que se lance a tuitear eso que tú estás pensando. Y si ves que aun así no lo pilla, entonces díselo en bajito y así no lo humillas delante de los demás. Pero lo dicho: que siempre sea él quien dé la primicia de lo que sea, por chorrada que te parezca.

Perdona que hayamos tenido la osadía de darte estos siete consejos sin apenas conocerte. Lo hacemos porque sabemos cómo son estos ‘animalitos’ de la web 2.0, estos frikis venidos a más que piensan que de verdad hay alguien detrás de la pantalla a quien le importa lo que ellos digan. Estas pocas pistas que te damos le harán feliz. Son pequeñas cosas cotidianas que para ti no son nada y para él lo son todo. Esto es como el amor: si cuidas a un influyente y lo riegas cada día, crecerá contento. Y se vendrá arriba. ¿Más? Ups! Espera, espera, que igual nos hemos equivocado. Rebobina…Deja, deja: tira este papel.
Y sobre todo, que no lo vea él :).

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8 comentarios en “7 consejos para acompañar a un influyente”

  1. jajaja muy bueno Pablo. ¿Y qué consejos debemos seguir los que os observamos por un ahujerito? 😉

    Por cierto, me encanta saber que para nuestras vacaciones de verano hemos elegido un lugar de total actualidad ‘Calpe’. Yuhu!

    Un saludo,
    Teresa.

  2. Por fin entiendo por qu`e m`as de uno ni me mira. Genial Pablo, como tu twitter, facebook y conferencias y opiniones en general que me inspiran y ensenian:ya tengo 7 mantras que aprender hoy. #pabloinfluencermustread

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