Son millones de personas. Y siempre tienen un NO con el que tapar un puede. Debieron de surgir en España, que es el país del mundo en el que más se les ve. Cuando menos lo esperas, aparecen con su jarro de agua fría como sin querer, sin darse importancia. Salen de cualquier esquina. ¿Su misión? Frenar la ilusión de las personas que creen en el cambio, parar los pies a quienes se aferran a los quizás.
Los reconocerás por sus frases: “¿Para qué voy a votar, si son todos iguales?“; “Fulanito [pon el nombre de un famoso] dona para salir en la foto“; “Sois unos ilusos: eso lleva toda la vida así y no hay quien lo cambie“; “Mucho clic con el ratón y poco salir a la calle“; “Menos tuitear y más donar dinero“, “Sois unos activistas de salón”…
Me acordé de ellos el viernes, a raíz del fenómeno solidario del verano, el Ice Bucket Challenge (o #CubohELAdo), del que ya habrás oído hablar. A mí me llegó el martes. Estaba en la playa y me llamó Pedro Serrahima. No pude hablar con él porque cuando salí del agua ya había colgado. Dejó el recado muerto de risa como quien deja una bomba: “Dile a Pablo que le voy a liar para que se dé una ducha de agua con hielo“. Me reí al oírlo y le dije por whatsapp que claro que lo haría. No sabía ni para qué, pero Pedro es una de esas personas a las que das un cheque en blanco sin preguntar. Y encima sonaba muy divertido…
Ese día vi el vídeo que Pedro grabó y en el que me retaba a hacer lo mismo. ¿De qué iba el tema? Es una acción solidaria que nació en EEUU con famosos y llega a España entre famosos y desconocidos: consiste en echarse un cubo de agua con hielo como metáfora de lo que sienten los enfermos de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad que provoca una parálisis muscular progresiva mortal. La acción nació para dar visibilidad a la enfermedad por medio de esos vídeos de apoyo en los que la gente, además, se ríe al participar y al verlos. Esa diversión -frivolidad, para algunos- es lo que ha convertido la acción en viral.
Y ahí es donde nace el caldo de cultivo en el que mejor nadan nuestros protagonistas, los del dedo de regañar. Pero volvamos al reto de los cubos de agua con hielo. Me cogió en mi semana de playa, con planes hechos con amigos, excursiones de días enteros y sin huecos para internet, ni cobertura, ni ganas de tenerla. Así que hasta el viernes no pude buscar la forma de cumplir con Pedro ni con la causa, que me interesó desde que buceé en ella por medio de posts como el de Miguel Ángel Uriondo.
Para hacer algo distinto, pensé en usar unas bolsas grandes y colgarlas sobre mi cabeza para rajarlas con un cuchillo. Después de mucho caminar por Valencia en busca de un chino, acabé liando a una dependienta de juguetes de El Corte Inglés, que me dio dos bolsas gigantes que eran perfectas. Y así pude ya grabar este vídeo, en el que reto a su vez a unirse a la acción a Roberto Carreras, Ismael El-Qudsi y Antonio Domingo:
Publiqué el vídeo y pasó. Ahí estaba uno de ellos. Agazapado, esperando la ocasión, con su comentario:
@PabloHerreros Por qué no decís públicamente con cúanto dinero váis a contribuir a luchar contra el ELA? La Asociación dice que ni un €!
— Emilio Diaz (@Diberso) agosto 22, 2014
No suelo entrar a esos trapos, pero me tocó las narices su reproche y le contesté en plan barriobajero, con un a ver quién la tiene más larga:
.@Diberso Nunca publico mis donaciones. Hoy haré una excepción: si te demuestro lo que DONÉ esta tarde, ¿te comprometes a donar lo mismo? — Pablo Herreros (@PabloHerreros) agosto 22, 2014
Supongo que le molestó mi dureza, porque me mandó otros 6 ó 7 tuits en los que me llamó bocazas y me acusó de buscar protagonismo y de manipular. De la pregunta que le hice, ni rastro, claro. Pero no personalicemos, pues viendo el resto de sus tuits y algún artículo suyo, esa persona denota madurez y sensatez. No tuvimos química, pero me da la impresión de que es un tipo comprometido. De verdad.
De hecho, en sus respuestas me dio la pista de por qué había dudado de la acción: este artículo en el que la presidenta de la Asociación Española de ELA se quejaba el jueves de que en España el reto de los cubos helados no había dado (aún) casi nada de dinero en donaciones a su asociación. Por lo que se ve, es otra de las del Club del NO. Y no la culpo, pero creo que yerra al pensar que la acción no es buena si no les da a ellos dinero.
La ELA ha tenido en unos días la mayor campaña mundial gratuita de publicidad que pudiera soñar para sí cualquier grupo de afectados por enfermedades graves. No hay dinero para pagar esa atención mundial que tienen gracias al reto del agua helada. ¿Sería mejor que la gente donara más? Por supuesto. En EEUU, las donaciones fueron de 2 millones de dólares el año pasado -sin la campaña- y han alcanzado los 31,5 millones de dólares en unos pocos días gracias a la campaña. Como me decía Dani González, la web de AdELA tampoco facilita las donaciones (no se puede donar con VISA, que es lo más fácil para muchos, y no es demasiado cómoda). Aun así, podéis donar sin problemas en esa web para que puedan tener más fondos para cuidar a enfermos y en la web de Fundela, para ayudar a promover la investigación sobre la enfermedad (ahí es mucho más fácil y admiten tarjetas de crédito).
En resumen: se puede donar, y me parece mejor donar que no hacerlo, si de verdad quieres ayudar a mejorar la situación de los pacientes de ELA. Pero hasta ahí. Vayamos del caso concreto de estos días a cualquier caso. Me niego a entrar en el juego absurdo de quienes descalifican todo lo que no sea donar. Todos los eslabones de la cadena son necesarios en solidaridad. Hacen mucho más los miles de profesionales que se juegan su vida trabajando para ONG en países en los que la vida no vale nada, de acuerdo. Y hacen más quienes donan dinero para sufragar su trabajo que quienes no lo hacen. De acuerdo, pero no seamos tan torpes de demonizar a quienes ayuden a difundir una causa. Son esenciales. Las campañas de sensibilización y de comunicación son cruciales para cualquier causa. Si no se conoce una causa, nadie dará un paso a favor de ella.
Si queremos avanzar como sociedad, tenemos que acabar con los que pisan lo que se está haciendo. Con quienes siempre tienen un rotundo te equivocas con el que enterrar un ¿…y si lo intentásemos?. A tus dudas contestan con sus certezas. A tus a lo mejor los sepultan con sus ni lo sueñes. Nunca se dejan ganar, ni permiten que la cosa quede en tablas. Han venido a la Tierra para tener razón. Su arma más poderosa es blandir el pasado como prueba de que el futuro ya está escrito. Los más fieros de la especie no cejan en su empeño ni cuando les demuestran que pueden estar en un error: si se quedan sin argumentos, se esconden en lo último, el ‘ad hominem’.
Ni siquiera son malos. No son peores que tú y que yo. Pero tocan los cojones. La mayoría, sin ser conscientes. Pero son un freno. Me he vuelto muy intolerante ante ellos. Hacen daño a la sociedad. Frenan el cambio. Impiden que crezcamos. Cuando lo de La Noria, muchos insultos y comentarios negativos me quitaron el sueño, pese a que sabía que quienes me apoyasteis y yo hacíamos el bien. Hubo alguno que incluso llegó a herirme. Aquellos días aprendí mucho sobre este tipo de gente, los del “¿de qué se trata? Que me opongo…“. Me cayeron cientos de mensajes…
Si te estás sintiendo mal con esas actitudes, dale la vuelta: Ese tocahuevos del que hablo ni siquiera es un tercero. Eres tú y soy yo. Muchísimas veces nos vamos sin querer a ese papel, al de tocahuevos, cual tertulianos cabreados. Cualquiera de nosotros hemos soltado un “mucho votar en Change.org, pero nadie ha dado dinero a la familia“, sin reparar en que diez mil pequeñas acciones pueden generar corrientes de empatía que salvan vidas.
Cualquier gran cambio se compone de miles de cambios pequeños. Y cualquier gesto minúsculo que hagamos puede hacer prender la mecha en otra gente que nos vea, en quien tenga poder para encontrar soluciones. ¡Acabemos con el tocahuevos!. Con el ajeno también, pero sobre todo con el propio. Enterrémoslo. Todos tenemos uno dentro, que encima nos hace daño. Pero sobre todo, el tocahuevos de cada uno impide que el mundo avance. Acabemos cada uno con nuestros tocahuevos -propios y ajenos- y pasaremos de la España de los tertulianos cabreados a la de los ciudadanos solidarios conectados.
Actualización del 25/8/2014: A todos los que criticáis la campaña, a los que la alabáis y a los que tenéis dudas, os recomiendo que veáis este vídeo de un enfermo de ELA (Gracias por la pista, Txema ;).
Ha quedado claro quién “eres” el tocapelotas, que se dice por aquí.
Me ha encantado. Una precisión: Fundela también acepta Paypal, que para estas cosas es la madre de la comodidad…
Gracias! Ambas aceptan Paypal pero somos muy pocos -comparado con tarjetas de crédito- quienes tenemos cuenta en Paypal.
Chapeau. Después de tu madre, soy tu fan n. 1. Que bien escribes lo que muchos pensamos, me extrañó que no contestaras al insulto de bocazas, pero olé por ti, mejor documentarse y no responder en caliente . Por supuesto, mejor es donar dinero, pero cualquier cosa que se haga para concienciar a la sociedad, bienvenido sea
Hola Pablo
Mi padre falleció de ELA hace unos años y con esta campaña tengo sentimientos encontrados. Sin duda tiene visibilidad, pero veo a futbolistas con mucho cachondeo y me duele un poco por la finalidad de la campaña. Para todo tiene que haber y supongo que mi aversión tenga que ver con esa clase de deportistas que ganan tanto dinero y luego defraudan al fisco. Ya se que no tiene que ver nada con la ELA pero permíteme también tener un poquito de resignación. Todos somos humanos
Seguramente para ver a lo que se enfrenta una persona con ELA se debería investigar. Mi familia y yo pasamos 6 años horribles que nunca olvidaremos, pero el tesón de mi padre por aferrarse a la vida nos dio alas para seguir adelante una vez que el no estaba.
Sí quisieras saber detalles puedes ponerte en contacto conmigo
Gracias por tu artículo.
Te lo he dicho por Twitter pero no quería dejar de hacerlo aquí también: Jorge, MUCHÍSIMAS gracias por regalarnos algo así de íntimo y por enseñarnos tanto con tus palabras. Me uno a tu indignación sobre la frivolidad de quienes, como Messi, Jordi Pujol y tantos otros, viven podridos de pasta y encima se permiten defraudar o robar y aparecer a la vez en temas solidarios. Pero hablamos de otra cosa: de la gente hipócrita, y para eso no hace falta ser famoso. En la sociedad están esos mismos que vemos entre los famosos, sólo que no se sabe quiénes son porque sus vidas son más privadas.
Enhorabuena por sacar de lo de tu padre una visión positiva. Un abrazo
Gracias Pablo. Fue una lección de vida
En parte estoy de acuerdo contigo, en que la negatividad per se no es buena, pero sinceramente creo que el 70% de los que se han echado el cubo por lo alto no sabrían decir qué significa el acrónimo ELA y muchos lo hacen simplemente por moda o cachondeo, y lo siento, pero ante esos mi no rotundo.
Un saludo y enhorabuena por el post.
Dones o no dones, que desde luego es bueno, al menos contribuyes a dar visibilidad a una asociación que si hace algo al respecto, y esa visibilidad es clave para obtener donativos. También estás presentando las acciones a favor de una causa como algo normal que hacen famosos a los que mucha admira o detesta. Esto también incrementa las donaciones.
El próximo reto tipo cubo de agua no va a funcionar porque la gente está cansada. Es lo que tienen los fenómenos virales, que se basan en la creatividad y son irrepetibles. Pero todo esto me parece algo positivo.
Lo siento por todos. Mi opinión es que los cubos de agua con hielo que los populares se tiran encima, deberían det por esta causa y por muchas enfermedades más que no se atienden y hambruna que actualmente existe en España y en el mundo. Además de ayudar económicamente los que pueden
Venga, tío, dinos cuánto solaste, que nos dejas con la intriga 😉 Buen post. De verdad.
Estoy de acuerdo con el artículo en parte. No todo se puede medir en euros, y según reconoce la propia asociación, han ganado infinidad de seguidores en Twitter gracias a la campaña.
El problema es que hasta que no empezaron a salir las noticias de lo cutres que eran los famosos, la recaudación en España ascendía a unos 1.000 euros, según la presidenta de la asociación.
Otro problema, como apunta algún comentario, es que muchos se han echado el agua por encima sin saber lo que es el ELA (yo creo que alguno no tenía claro si era una enfermadad, un país en crisis…), sin informar de en qué consiste la campaña, el objetivo, o cómo colaborar.
Una vez sacados los colores en la prensa, parecen que son unos cuantos los que hacen la campaña con el cheque delante (Lara Álvarez, Paquirrín, Mónica Naranjo…).
Infolibre actualiza hoy los datos: en los últimos días, desde que se denunció la cutrez, se han recaudado 14.000 euros.
http://www.infolibre.es/noticias/politica/2014/08/26/un_cubo_agua_helada_para_despertar_interes_por_una_enfermedad_rara_20868_1012.html
Hola Pablo, de acuerdo contigo en todos los aspectos, tocahuevos hay y los habra siempre, porque aprovechan la minima oportunidad para hacerse notar, en fin para tocarte los …..Por otro lado la frivolidad en el mundo de la comunicación es evidente y esta en todos los niveles, que se puede hacer, mas alla de juicios y criticas es apoyar la idea, en este caso ayudar con el tema del ELA, cada uno en su justa medida, la cuestion es que a parte de esta enfermedad hay muchisimas causas, enfermedades e injusticias que no salen en los medios, que deberian darse a conocer. Por concluir, lo que queda claro es que no lleguemos a estos niveles de necesitar la frivolidad de los famosillos para participar en acciones solidarias, sino que cualquiera de ellos si lo hace que lo haga de corazon y no para pasar el rato, saludos
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