Lo peor de no tener tiempo para el blog es que cuando sacas el hueco ya no sabes de qué escribir. La impotencia de ver durante días pasar temas chulos sin poderte parar a analizarlos te lleva a encerrarte en una espiral de improductividad total. Y la pereza te come como para que nada te parezca bien como post de reencuentro con tus lectores. Porque ahí andáis, ¿no? Bueno, pues hecha esta introducción que me sirve encima como terapia, retomo con algo de hace ya un mes, pero que me parece bonito compartir aquí.
Es un corto titulado El periodista y el camarero, lleno de sosegada belleza, y que contiene una denuncia del periodismo que es pura poesía. La pieza la firma Charlie Nelson y la protagoniza Nacho Chaparro, un jover periodista que trabaja de camarero en un bar al lado de la Plaza Mayor de Madrid. Son cinco minutos hermosos con los que estarás más o menos de acuerdo, pero que dan una visión auténtica y muy personal de cómo ven ellos el periodismo.
Esta crisis del periodismo tiene mil aristas y no todas caben en 5 minutos de vídeo; ni creo que lo pretendan Charlie y Nacho con este vídeo, que es simplemente un llanto más desde el lado de los afectados, que por desgracia se cuentan por miles en nuestra profesión. La crisis económica se está cebando con muchos sectores, pero el del periodismo sufre además su propia crisis, fruto de mil cosas que empiezan por la inadaptación a la evolución tecnológica y pasan por paradas como la desintermediación de la actualidad o el sensacionalismo que contagia hasta la prensa supuestamente seria. No me enrollo más, que no quería calzaros una parrafada sino animaros a disfrutar con esta bonita reflexión de El periodista y el camarero. ¡Suerte, Charlie y Nacho!
¿Te gusta la comunicación y la publicidad? Suscríbete al blog por email o RSS, en Facebook o sígueme en Twitter.
Genial historia que se repite y se repite.
Pablo, dices:
“pero el del periodismo sufre además su propia crisis, fruto de mil cosas que empiezan por la inadaptación a la evolución tecnológica y pasan por paradas como la desintermediación de la actualidad o el sensacionalismo que contagia hasta la prensa supuestamente seria.”
¿Será necesario un relevo generacional para poner en su sitio a una profesión tan necesaria? Los ciudadanos necesitamos a periodistas libres que desempeñen la profesión con un respeto máximo a todos y, sobretodo, a ellos mismos.
Si esta profesión se nutriera de un fondo común, pagado por todos, seguramente no pasarían según qué cosas porque podrían ser independientes.
¡Venga, nos haceis falta, mucha falta!
El corto me parece realmente bueno, aunque como estudiante de Periodismo reconozco que me desmotiva un poco… (me he emocionado, aunque eso es fácil en mí).
Lo peor es que el vídeo muestra la cruda y fría realidad que nos sirve la vida, Nacho no es el único que no puede dedicarse a la profesión que ama y para la que se ha formado.
El debate de la subsistencia del Periodismo está sobre la mesa constantemente, y desalentadoras voces dicen que el periodista se ha convertido en un mero “copista” que difunde información ya elaborada por otros o que “cualquiera con conexión a Internet puede informar”.
Yo difierto totalmente. Creo que precisamente la utilidad del periodismo se intensifica, en una “sociedad 2.0” como en la que vivimos, en la que la abismales cantidades de información nos abruman, la figura de un periodista que analice y ofrezca su interpretación es esencial. De hecho, lo que prolifera no es información, sino contenido: el periodista es el que debe descartar lo que no es información y ofrecer lo que realmente sea valioso. Además, (y ahora toca mencionar a nuestra querida amiga Crisis que está en todos los saraos) debido a la crisis y a las desigualdades la sociedad es más activa que nunca y lucha por lo que cree por medio de las movilizaciones y el ciberactivismo. El 11-M, la Primavera árabe o la ocupación de Wall Street son algunos ejemplos de ello, y precisamente el periodista tiene el deber de informar sobre estas acciones que a algunos gobiernos les interesa mantener ocultas. Precisamente se puede definir una noticia como “todo lo que alguien no quiere que se sepa”. Y el periodista es el que debe destaparlo.
Perdón por mi laaaargo discurso optimista, no sé si lo he emitido sólo por aportar mi opinión o también para suministrarme a mí misma una dosis extra de ánimo y motivación.
Sigue así!!
Un saludo de una periodista en potencia que disfrutó mucho el otro día con tu “charla” en la Carlos III.
Lidia.
Pingback: El periodista y el camarero: y el como la vida sigue igual - Comunicación al límiteComunicación al límite