¿Acepto al albañil que me pide ‘de salir’ en Linkedin?

Ese hombre del casco, tan concentrado en poner cemento, 'está por mí'. Me manda guiños ;). Me ha pedido 'de salir' en Linkedin; que seamos 'amigos 2.0 con derecho a roce digital'. Bueno, no es el de la foto, pero sí alguien con su perfil: Fulano, Pintor y Albañil; o esta otra: Mengana, Contable en un vivero; o este: Zutano, Delegado Hospitalario. Estos son ejemplos reales de algunas de las más de 500 invitaciones de Linkedin que tengo hace siglos pendientes de aceptar. Son centenares de personas a las que no conozco de nada y que ni siquiera recuerdo haber visto en Twitter o en otros parajes 2.0.

Hay quienes ni me suenan pero están, al menos, en mi órbita lejana porque son periodistas, como yo, o porque trabajan en comunicación; pero la mayoría son gente de perfiles que no acierto a ver qué pueden tener en común conmigo. Y encima me añaden sin un triste mensaje de "quiero incorporarte a mi red porque patatín patatán". ¿Para qué quiere un delegado hospitalario estar en mi red de contactos, si no tengo a nadie del sector salud que le pueda ser útil…? ¿Qué puedo yo aportarle a la contable de un vivero, si no sé nada de plantas ni de finanzas? ¿Qué me puede aportar a mí…? Seguro que alguna vez necesito un pintor o un albañil, pero ¿lo quiero en mi red de Linkedin…? Entonces, tendré que añadir a todos los taxistas con los que comparta una carrera…

Empecé en Linkedin hace 9 ó 10 años (no recuerdo bien) y tuve siempre esta red social como un lugar en el que meter a la gente a la que voy conociendo en mi vida profesional. Acepto a alumnos de la escuela de negocios en la que doy clases (The Valley), a gente con la que me cruzo en una reunión, a clientes o periodistas que he tratado en medios de comunicación, a gente que me sigue en Twitter y con la que he intercambiado algún tuit, e incluso a quienes me añaden sin conocernos y me mandan un mensaje personal en el que me dicen cualquier cosa por la que me invitan a estar en su red. Y cuando soy yo quien busca añadir a alguien, solo se lo pido a quienes conozco en persona y con quienes, además, tengo interés o ilusión por mantener algún tipo de vínculo personal o profesional (o sea, añado a personas porque las aprecio, y no solo porque las conozca).

Antes, mi primer impulso en la aceptación o no de gente que me invitaba era: "Si no conozco a esta persona, ¿cómo voy a tenerla en mi red y qué voy a decir a un tercero si un día me pide referencias de ella…?" La sensación que tenía era: "si está en mi red, de alguna manera la avalo". Chorradas, supongo. El caso es que mis contactos han ido creciendo -tengo casi 1.300- y las invitaciones me llegan de gente de todo perfil, como un goteo de 2 ó 3 al día.

Y cada una que recibo me supone un pequeño dilema moral (pequeño, claro). Pero me siento mal. Sobre todo, cuando la persona busca trabajo. La reflexión que hago con respecto a mi uso de Linkedin es pobre: en estos años, pocas veces lo he utilizado para llegar a alguien a quien quisiera vender algún servicio de Goodwill, la agencia que comparto con mi hermano Javier. ¿Cuántas son pocas? Quizá dos veces al año, por decir algo.

Al tener una empresa propia, no suelo buscar trabajo cada equis tiempo como quien busca dar un salto cambiando de empresa. Pero tampoco me cierro a que mañana venga alguien a decirme que lo deje todo y me dedique al trabajo de mi vida en nosedónde (mucho dinero, trabajando poco y en un piso grande y con vistas al Central Park en la Quinta Avenida, si me estás leyendo tú, amigo cazatalentos ;). El caso es que no tengo un perfil de búsqueda activa y por eso veo Linkedin de forma algo pasiva. Está claro que habrá tantas visiones de esta red como perfiles profesionales y momentos vitales…

Entonces, ¿qué utilidad le doy a Linkedin? Lo uso como canal para difundir los contenidos de este blog, que son las únicas publicaciones que hago en esta red. Comparto los contenidos en mi perfil y en 8 ó 9 grupos de discusión en que participo, y obtengo visitas, pero poquísimas (de Linkedin proceden el 0,5% de todas las que el blog recibe, frente a un 10% que trae Twitter, por ejemplo). Y si uso Linkedin como difusor del blog, ¿debería entonces aceptar a cascoporro a todo el que me invite a estar en su red? Eso me recomendaba el otro día Jaime Fernández Puente:

¿Tiene sentido meter a gente para que el blog gane apenas un 1% de visitas…? Esa es la pregunta que os traslado, pues ya no sé cuándo decir y cuándo no. Como se plantea quien hace una lista de bodas, yo me pregunto: ¿Dónde corto…? Me siento un poco portero de discoteca borde cuando no acepto a alguien, pero creo que si tienes una red de contactos en la que metes a cualquiera, la red pierde su sentido, ¿no? ¿Se ha convertido Linkedin en un Twitter premium en el que la gente sigue a otros solo para estar informado de sus publicaciones? ¿Debo ser portero de discoteca y aceptar solo a quienes me aporten algo…o mejor acepto a todo el que me lo pida? Espero vuestros consejos, que seguro que aprendo mucho de las opiniones que dejéis y nos enriquecemos todos con el debate. Grasias de hantebrazo 🙂.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

6 comentarios en “¿Acepto al albañil que me pide ‘de salir’ en Linkedin?”

  1. Me he planteado también está disyuntiva. Estoy de acuerdo contigo cuando dices que si aceptas a todo el mundo la red de “contactos” pierde sentido. No suelo aceptar salvo excepciones a desconocidos que no escriban una motivación personal en la invitación. Uso bastante linkedin publicando actualizaciones e interactuando con la red y me ha sido útil cuando tuve que buscar empleo, antes de tener mi propia empresa. De vez en cuando incluso purgo contactos, no me gusta acumular con el criterio de “más es más”.

  2. Creo que debido a la alta tasa de paro de España aquí se tiende a usar In para ‘buscar trabajo’ y hasta el autor maneja su perfirl por si lo ve “un amigo cazatalentos”. Como la necesidad es alta, pues hay muchos demandantes de empleo que usan In sin discriminar y sin tener las más mínimas habilidades sociales. También soy responsable de una agencia de comunicación y soy un usuario habitual de esta red y la uso para encontrar profesionales de todo tipo con los que colaborar en proyectos, mantener contacto con posibles clientes y para hacer networking.
    En cuanto a quién acepto en In, la pregunta a responder: ¿Puede ser útil, aunque sea muy remotamente, que yo mantenga contacto con esta persona? Por eso he rechazado a un obispo católico de EE.UU, a empresarias del Este de Europa con foto sensual, a directivos de Bangladesh y China, a empresas con perfiles de persona, a perfiles sin foto o con uso incorrecto de mayúsculas…

  3. Me pasa lo mismo que a ti con Linkedin. Me di de alta cuando buscaba trabajo porque decían que era muy importante estar ahí (pero a la vez leí que quedaba muy mal decir que estabas en paro…) pero creo haber encontrado en todo este tiempo sólo una oferta interesante de trabajo. Lo uso para compartir el contenido de mi blog pero, como a ti te ocurre, son mínimas las visitas que llegan desde ahí (yo misma son en contadas ocasiones las que repaso las novedades de Linkedin). Tengo un montón de contactos pero sólo acepto a gente que conozca, que tengan profesiones afines a la mía o que tengan relación con mi blog.

  4. La decisión es tuya, pero yo no aceptaría a “to’tirimundi”, de hecho, cuando me llegan invitaciones sin foto o que tienen una profesión que no tiene nada que ver conmigo y no los conozco de nada (otra cosa es la gente que ya conozco en persona, aunque se muevan en otros sectores profesionales) clico tranquilamente en la X de no aceptar, porque ¿qué me van a aportar? ¿qué les puedo aportar yo? no le veo mucho sentido.
    Lo bueno es que me siento acompañada: leo y leo posts hablando de todas “las miles de ventajas” que tiene moverse en Linkedin para buscar contactos, colaboraciones, clientes…. y yo no le termino de coger el gusto.
    Saludos!

  5. Pues totalmente de acuerdo con la mayoría, el contacto ha de ser “util” y aportar “valor” y me ha gustado lo que decías de validar las aptitudes de esa persona o por el simple hecho de molestarse en escribir una invitación personalizada (que cierto lo de empresas con perfiles de personas, o lo de las mayúsculas, o perfiles sensuales… jaja)
    Pero fuera de eso, aunque a veces tiemble el dedo al dar a la X porque es un amigo de la infancia, rechazo sin ningún pudor.
    Asi que sí, tener una serie de contactos con los que no interactuas ni para darles la enhorabuena por su trabajo/aniversario no merece la pena.
    Mi recomendación es que digas que NO y a otra cosa mariposa.
    Un saludo a todos.
    PD. No conocia este Blog, ni al autor y he llegado por In (sí, In, que poner LinkedIn es un rrollazo) por la recomendación del artículo por un contacto. Y no, no te voy a pedir amistad…
    😀

  6. Bueno, yo creo que principalmente te has equivocado de Red. LinkedIn es una red social para buscar empleo y tu le das cualquier uso menos ese, ¿entonces que esperas?, si usas una red de forma incorrecta, pues te pasarán cosas raras, como te pasan. Te recuerdo a Facebook o ha Twitter, que son para esas que haces en la Red que no se creó para eso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *