Aquí os dejo mi primer videopost para que, en lugar de sufrir mis parrafadas, veáis un vídeo cortito de menos de 3min en el que os enseño algo chulo que han puesto en Nueva York para hacerle la vida más fácil al pasajero. Se llama Taxi TV y es un sistema de entretenimiento e información interactivo que te permite, mediante una pantalla táctil disfrutar de noticias y piezas de entretenimiento en pequeñas dosis de 1 minuto. Lo tenéis encima de este párrafo.

Por supuesto, se trata también de un circuito de publicidad que el Ayuntamiento de la Gran Manzana impone a los taxistas (pagan 3.000$ por instalar esto, unido a un GPS y un sistema de cobro por VISA, más una cuota mensual por mantenimiento y conexión). A través de Taxi TV, el propio ayuntamiento lanza mucha publicidad institucional, y procura difundir una buena imagen de Nueva York para residentes y visitantes. Por supuesto, otras marcas locales y globales emiten también sus anuncios en el circuito publicitario.

Como soporte publicitario me parece bueno por ser directo, innovador y con un coste probablemente bajo en relación con el número y la calidad de impactos reales en el consumidor, que lo ve en un momento de ocio en el que está mucho más receptivo a estímulos publicitarios. Perdonad la cuña publicitaria -nunca mejor dicho, pero me recuerda mucho a este circuito de publicidad en bares de copas que montaron unos amigos míos,  con el que tienen bastante éxito (en él se han anunciado y anuncian marcas como Beefeeter, Cosmopolitan, BMW, Paramount…).

Volviendo a Taxi TV, los taxistas se quejan de la imposición y del precio; pero a mí, como pasajero, me parece que te hace la carrera mucho más amena. Le da más transparencia al trayecto, porque puedes ver el mapa del recorrido y mucha más información de interés, y te ayuda a cotillear sobre el tiempo que hará los próximos días, o a ver flashes de noticias de tu elección (deportes, local, nacional, economía…).Y si no te apetece verlo, lo puedes silenciar o apagar con un simple toque sobre la pantalla. Al final me enrollé a escribir…¡No tengo arreglo!