Las nuevas marcas 2.0 harán mejores a las marcas antiguas
La corrupción de los últimos años ha traído consigo muchas cosas buenas. Una muy clara es que los ciudadanos de a pie nos hemos ido subiendo al carro de la nueva economía porque nos gustan las nuevas marcas pero también por militancia cívica. Hoy, muchos presumimos de comprar en empresas de las nuevas, que nacen ‘sin pecado concebido’.
Son empresas como Tesla, Cabify, Über, Airbnb, BlaBlaCar, Car2Go o, por poner dos ejemplos españoles, Pepephone y PepeEnergy. Todas comparten el tener al cliente como centro real de su existencia, lo que viene a subrayar qué lejos está el cliente en los planteamientos estratégicos de muchas de sus competidoras viejunas. El reto va de transparencia y ética reales, de hechos frente a promesas. Es una oportunidad para que todas las empresas mejoren…