¡Bye, bye, Microsoft!
El otro día tuve la desgracia de comer con un apasionado de Apple. Sí, sí, digo bien: desgracia porque la comida me salió exactamente por el precio del MacBook Pro que encabeza esta entrada. Hombre, nadie me puso la pistola en la cabeza, claro, pero el caso es que acabé picando… Hubo otros temas, pero …