
Este de la foto soy yo.
Me llamo Pablo Herreros.
Te resumo mi trabajo:
Sé ayudar a profesionales y personas que tienen negocios a influir y vender más.
Pero no con trucos de vendemotos de quinta, ni presionando ni haciéndote sentir mal.
Lo hago usando la emoción y la ética.
Compramos algo desde la emoción, y decidimos dejar de comprar algo cuando no nos sentimos bien con ello.
También te enseño cómo dar a tus clientes una experiencia que les haga querer gritarle a todos, incluido ese sieso de gafas del ascensor, que tienen que probar eso que tú les das.
Es siempre la emoción la que decide, las personas queremos vivir experiencias.
¿Tú tienes emociones?
Pues perfecto. Déjame aquí tu correo y te enseñaré cómo usarlas para vender más:
Mando emails TODOS LOS DÍAS con ideas que te ayudarán a ganar más clientes y a que te traigan a sus amigos. Son emails entretenidos (y cortos) y en ellos siempre te venderé algo. No te apuntes si para ti es un problema.
Mis dos primeras vidas
¿Sigues ahí?
Pues ya que estás, te cuento quién soy…
Nací en Madrid en 1973 aunque siempre me he sentido muy del sur.
Tanto me gusta el sur que aprendí baile flamenco 13 años y terminé perpetrando actuaciones a nivel semiprofesional cientos de veces en teatros y tablaos.
Estoy lleno de hermanos, ya no sé ni cuántos (bueno, sí, soy el pequeño de 7 y tenemos otra hermana más pequeña por parte de padre).
Desde los 16 trabajé en un estanco familiar y ahí seguí de 8 a 15h mientras estudiaba Periodismo.
En mis cerca de 30 años de carrera he vivido dos vidas.
Hasta 2019 tuve con mi hermano Javier una agencia de comunicación y trabajé para cientos de empresas, algunas de ellas gigantes.
Me codeé con peces gordos, ministros, presidentes y hasta reyes…
Aprendí mucho asesorándolos en comunicación, persuasión e influencia.
Pero un día pasó algo.
Una de mis personas más cercanas enfermó gravemente.
Fueron años duros y cuando se curó sentí que mi vida tenía que dar un giro.
Ganaba bastante dinero y era reconocido.
Pero no feliz.
Trabajar para empresas grandes me aportó mucho pero 25 años después, lo sentía como masticar un chicle al que ya no le queda sabor.
Así que con todo lo que había aprendido en tantos años, quería hacer cosas que impulsaran de verdad los negocios y las vidas de mis clientes.
Soñaba con saltar de la cama como un niño que va a un parque de bolas.
Ayudar a empresones era como poner una gota de agua en el mar.
Sentía que apenas afectaba, que con mi trabajo no estaba cambiando casi nada.
Me apetecía ayudar a personas reales, como yo, a hacer crecer sus negocios con propósito.
Desde 2019 ayudo a empresas y profesionales como tú a ganar más clientes entusiasmados, para que dejes de sufrir por perseguirlos y sonrías al ver que repiten y te traen a sus amigos.
¿Cómo lo hago?
Les enseño a persuadir, comunicar, influir, vender y dar una experiencia de cliente que consiga que se queden tan flipados que repitan y te traigan a sus amigos.
Mis clientes aprenden conmigo con cursos digitales, presenciales, por Zoom, subido a una farola… bueno, no, en una farola nunca he dado cursos.
También enseño cosas a quienes aún no son mis clientes. Lo hago con un email cada día. Día que me lees, idea que te llevas pa’ la buchaca.
Si quieres ver cómo son esos correos, es gratis darse de alta y gratis darse de baja:
Mando emails TODOS LOS DÍAS con ideas que te ayudarán a ganar más clientes y a que te traigan a sus amigos. Son emails entretenidos (y cortos) y en ellos siempre te venderé algo. No te apuntes si para ti es un problema.
Mi familia y otros animales
De pequeño leí “Mi familia y otros animales”, de Gerald Durrell.
Y tuve un perro.
Durante décadas me olvidé de los animales.

Ahora tengo una perra a la que adoro y que me enseña a vivir más consciente.
Medito, hago deporte, me alimento de forma muy saludable (bueno, y a veces a lo loco), leo muchos libros e invierto tiempo y dinero en cursos para aprender de los mejores.
Desde 2021 vivo en la Costa del Sol, cerca de Málaga. Y disfruto más que nunca de Madrid, mi ciudad, cada vez que voy, que suele ser una o dos veces al mes.
Caso La Noria: blogs, influencia y transparencia
“Si vamos a ayudar a nuestros clientes a llegar a los blogueros, aprenderé a ser uno más de la tribu”. Y creé en 2008 un blog que me enseñó mil cosas y casi me arruina la vida.
En mi blog escribía de comunicación, y acabé siendo un referente entre los blogueros de España (aún no se hablaba de influencers), que nos reuníamos en eventos.
Hice cientos de amigos entre los más influyentes de la Red. Colaboré en acciones para mejorar el mundo a través de Internet, y un día de 2011 inicié yo una que nunca supe que me marcaría para siempre: el Caso La Noria.
En octubre de 2011 publiqué un artículo en mi blog que casi me lleva a la cárcel:
”Estas son las marcas que patrocinaron a la madre de un criminal”.
Lo acompañé de una petición en Actuable (aún no existía en España Change.org) para que no se pagase a asesinos ni violadores por ir a televisión a pisar la memoria de sus víctimas y ganar dinero a costa de contar sus repugnantes delitos. Lo hacían en el programa La Noria, en TeleCinco, que era el más visto en España la noche de los sábados.
Lo de menos es quién iniciara aquel movimiento. Miles de personas se unieron y nuestras voces consiguieron concienciar a las marcas de que era mostruoso patrocinar conductas que la sociedad no tolera.
Pero la cadena de TV no lo entendió. Al quedarse sin un solo anunciante y caer sus acciones un 25% en Bolsa, en lugar de pedir perdón y comprometerse a no contratar más criminales, prefirieron cerrar el programa.
Luego me atacaron desde sus poderosos resortes y después me pusieron una querella en la que me pedían 3,7 millones de euros, que no los gano yo en una tarde, y 3 años de cárcel.
Me querían quitar de ir a los bares, con lo que me gustan…

Si la retirada de los anunciantes de La Noria fue noticia de portada en todos los medios, la querella fue un escándalo. Millones de personas sentían como propio ese ataque judicial a un ciudadano cualquiera.
El prestigioso periodista Mario Tascón lideró una petición en Change. org y un movimiento para salvarme, poniéndose él mismo en peligro.
Cientos de miles de personas firmaron en 48 horas, la etiqueta #LaVozDePablo fue durante días trending topic mientras miles y miles de mensajes volaban por la Red y algunas marcas veían sus centralitas colapsadas de llamadas de sus clientes para que se mojasen.

El movimiento llegó hasta Italia -cuna de Mediaset- como #SiamoTuttiPablo (Trad.: “todos somos Pablo”), y amenazaba con saltar a Nueva York, donde cotizaba la compañía.
Ante la presión de cientos de miles de personas y de las marcas, la cadena me trasladó que me quitarían la querella si les pedía perdón en público. Muy loco…
Cuando vieron que no lo haría, me pidieron reunirnos y, tras una reunión que exigí que fuera en un lugar público y con un testigo neutral, me retiraron la querella.
Nuestro movimiento sirvió de inspiración para el caso La Comay (en Puerto Rico) y el caso No en tres Caínes (Colombia), donde cientos de miles de personas -incluidos Chayanne o Ricky Martin- consiguieron parar otras injusticias y llevar principios a programas de televisión muy necesitados de ello.
La historia completa del caso La Noria se resume en una frase: en la era digital el poder es de las personas. Por más que te creas poderoso, la voz de miles de personas puede más que cualquier gobierno o empresa si lo que hacen no es ético.
En 2013 fui elegido por El Mundo como uno de los 500 españoles más poderosos y uno de los 25 más influyentes de internet en España.
Pero no, la influencia no es de una persona, no es de nadie. Se influye cuando lo que dices toca el corazón de quien te escucha o te lee.
Si quieres que lo que aprendo cada día lo comparta contigo en mis emails con consejos diarios, apúntate aquí:
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Muchos blogs, 3 radios y 2 libros
A partir de todo lo que aprendí con mi blog, después tracé estrategias de comunicación digital, blogs y acciones y viajes con influyentes para muchas marcas grandes.
Desde 2009 soy conferenciante y profesor asociado en varias escuelas de negocio.
También he escrito 2 libros, aunque el bueno es el segundo, que publiqué con Planeta: “Sé transparente y te lloverán clientes”.
Me encanta la radio, en la que he colaborado desde 2011 (he estado en RNE, COPE y Onda Cero) y soy socio de 13 ONGs (de protección a la infancia, ayuda al desarrollo, y mejora de la salud).
Y sobre todo, soy un estudioso y un eterno aprendiz de la influencia, de cómo el ser humano puede influir en otros -desde la ética, siempre desde la ética- para colaborar juntos en cosas que nos hagan bien a todos.
Si te interesa aprender más de cómo influir y vender más desde la transparencia, déjame tu email y te escribiré emails diarios con consejos y en los que siempre trataré de venderte algo:
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